El reciente bombardeo sobre la escuela Al Suhada en Nuseirat ha dejado un saldo trágico de al menos 16 muertos, la mayoría de ellos niños y ancianos que se habían refugiado en el lugar. Según reportes de medios palestinos, la escuela albergaba a cientos de desplazados que huían de la violencia en otras partes de la Franja.
Las fuentes médicas del hospital Al Awda, que recibió a las primeras víctimas, han advertido que la cifra de fallecidos podría aumentar debido a la gravedad de las heridas sufridas por muchos de los afectados. Este ataque es parte de una serie de bombardeos que han azotado la región desde el 7 de octubre de 2023, dejando más de 42,847 muertos y 100,544 heridos, según las autoridades sanitarias locales.
En las últimas 24 horas, al menos 55 palestinos han muerto y 132 han resultado heridos en la ofensiva israelí, que se ha intensificado especialmente en las ciudades de Beit Lahia y Yabalia, al norte de la Franja. La situación humanitaria en Gaza es cada vez más crítica, con miles de personas desplazadas y recursos médicos al límite.
Por otro lado, Israel ha justificado el ataque alegando que Hamás operaba un centro de mando en las instalaciones de la escuela, aunque no se han presentado pruebas que respalden esta afirmación. Las Fuerzas Armadas israelíes aseguran haber tomado medidas para minimizar el riesgo a civiles antes del ataque, pero los resultados han sido devastadores.
Este no es un caso aislado. En semanas recientes, Israel ha bombardeado varias escuelas en la Franja, incluyendo aquellas administradas por la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos. Hace apenas una semana, un ataque similar en una escuela del campamento de desplazados de Yabalia dejó otros 16 muertos.
Los ataques continúan en otras partes de Gaza. En Bureij, un campamento cercano a Nuseirat, se ha reportado un ataque de artillería con al menos un muerto confirmado. En Jan Yunis, al sur de la Franja, un ataque aéreo contra una vivienda ha resultado en tres muertes adicionales.
La comunidad internacional sigue observando con preocupación el aumento de la violencia en la región, mientras se hacen llamados urgentes para un cese al fuego y la protección de los civiles atrapados en el conflicto.