El Parque Natural de la Albufera, situado en la Comunidad Valenciana, ha sido gravemente afectado por la reciente DANA, un fenómeno meteorológico que ha causado estragos en la región. Este humedal, reconocido por su valor ecológico, ahora enfrenta una amenaza significativa debido a la acumulación de residuos arrastrados por las inundaciones.
El barranco del Poyo, que desemboca en la Albufera, ha sido el conducto por el cual millones de kilos de plásticos y otros desechos han llegado a este ecosistema. Los campos de arroz, que constituyen una parte vital de la economía local, están ahora cubiertos de basura, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la salud pública.
Eva Tudela, de Acció Ecologista – Agró, expresa su preocupación: «El desborde del barranco ha arrastrado millones de kilos de plásticos que ahora están esparcidos por los arrozales y por la propia Albufera«. La limpieza de estos residuos es crucial para evitar que se integren en el suelo y contaminen el arroz que se cultivará en el futuro.
En el Tancat de la Pipa, una pequeña reserva en la orilla norte de la laguna, voluntarios trabajan arduamente para limpiar acequias llenas de plásticos y sustancias tóxicas. La situación es desoladora, con residuos flotando en el agua, incluyendo productos químicos peligrosos.
La Albufera es uno de los tres grandes humedales de España, junto con Doñana y el Delta del Ebro. Su superficie abarca aproximadamente 21.000 hectáreas, de las cuales 15.000 son campos de arroz. La pregunta que surge es: «¿Vamos a estar 50 años comiendo arroz intoxicado de plástico?«, como señala Tudela.
Los municipios alrededor de la Albufera, como Alfafar y Catarroja, han sido severamente afectados por las inundaciones. Aunque la prioridad sigue siendo el rescate de personas, la retirada de residuos debe comenzar pronto para evitar daños a largo plazo en el ecosistema.
Ignacio Moncho, de la Fundació Assut, advierte sobre los efectos potenciales: «Aún es pronto para poder decir con seguridad cuáles van a ser los efectos a corto y largo plazo«. Sin embargo, destaca la resiliencia de los humedales, que podrían recuperarse si se toman medidas adecuadas.
Una de las mayores preocupaciones es el posible daño a las instalaciones de tratamiento de aguas residuales, que podría empeorar la calidad del agua en la Albufera. Moncho enfatiza la importancia de restaurar estas instalaciones para proteger el ecosistema.
En conclusión, mientras se atienden las necesidades básicas de la población afectada, es imperativo planificar la recuperación ambiental de la Albufera. La retirada de residuos y la restauración de infraestructuras son pasos esenciales para asegurar un futuro sostenible para este valioso humedal y su comunidad agrícola.