El deterioro del sistema sanitario ha tenido muchas consecuencias en la salud de la ciudadanía. Los datos del Ministerio muestran que los pacientes tuvieron que esperar durante el año pasado hasta 148 días de media para una operación (5 meses) y 99 días para consultas externas (más de 3 meses). Un 26,9% del total de pacientes esperaron más de seis meses para operarse.
El número de pacientes en espera quirúrgica alcanzó hace unos meses los 685.175 pacientes. Este dato no contempla las consecuencias del cuasi-colapso en atención primaria que mantiene ocultos muchos diagnósticos y derivaciones aun sin hacer. Hay informes sobre esta materia que apuntan cifras de hasta 14 millones de patologías no diagnosticadas y 570.000 cirugías menos que las realizadas en 2019.
La pandemia ha provocado cancelación de consultas y retrasos masivos en los diagnósticos, ello no solamente por el colapso de sistema ante el virus sino por las «diversas fases de desprogramación quirúrgica» ya que, desde que comenzó, muchas comunidades han tenido que suspender las operaciones no urgentes para poder atender la alta demanda derivada de la covid-19. Esto se ha reproducido en nuestra sanidad local y sus gestores han tratado por todos los medios de ocultarlo a la población.
Como han señalado diversas organizaciones de pacientes crónicos a lo largo de la pandemia, la caída de nuevos diagnóstico es una de las mayores preocupaciones de cara al futuro. El número de nuevos diagnósticos ha caído un 25% en términos generales a lo largo de 2020 en comparación con los nuevos pacientes que fueron diagnosticados en 2019.
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Publica, considera preocupante la situación, han entrado medio millón menos de personas en las listas de espera quirúrgica y otro medio millón adicional en las listas de espera para consultar al especialista. Un grave problema que evidencia la desatención durante la pandemia.
El tiempo de demora quirúrgica en nuestro sistema sanitario se sitúa en torno a 126 días sin abordar
La Bolsa de pacientes sin diagnosticar y teniendo en cuenta que, por sus dimensiones y capacidades, nuestro sistema sanitario, engrosa las listas de espera de otras comunidades autónomas como Andalucía ya que nuestros recursos son limitados y hay muchas patologías que, por nuestras limitaciones, en cuanto a recursos, tienen que enviarse a hospitales de mayor nivel. Con respecto a la demora para consultas de especialista se encuentra en mas de 60 días eso contando con que el INGESA no aportó los datos completos al sistema de cómputo.
Una de las primeras conclusiones que extraemos de todos estos datos, es un hecho: la pandemia ha afectado negativamente a las listas de espera del Sistema Nacional de Salud. Hemos comparado los últimos datos que ha ofrecido el Ministerio de Sanidad con los de hace un año y comprobamos que la situación es ahora claramente peor prácticamente en todas las listas, y en casi todo el país. La espera media para una operación ronda los cinco meses, un mes más que antes de la pandemia.
Los últimos datos del Ministerio muestran que, en diciembre de 2020:
• 99 días es lo que se espera de media para la primera consulta con el especialista.
• El tiempo medio de espera para una intervención quirúrgica era de 148 días.
• Un 26,9% de los pacientes en espera por una intervención llevaban más de seis meses esperando.
Ligeras mejorías
Hemos comparado la evolución en las listas de espera desde diciembre de 2019 a diciembre 2020 para cada una de las comunidades autónomas. En líneas generales la mayoría de las Comunidades Autónomas han mejorado los tiempos de espera en el último semestre de 2020. pero no siempre. Y, en cualquier caso, el tiempo de espera sigue siendo mayor que la situación previa a la pandemia de la COVID-19.
Situación actual. Conclusiones
Nuestra sanidad pública se enfrentó, en las primeras olas y posteriores, a la pandemia del coronavirus tras años de recortes, privatizaciones y erosión de los derechos laborales.
El SNS requiere una estrategia con mayores recursos materiales y humanos, particularmente en el INGESA.
La actual situación sanitaria, debido a la pandemia, ha acentuado aún más las carencias sanitarias del INGESA desde las dos principales vertientes (ambas requerirían un abordaje inmediato):
Por un lado, la evidente falta de profesionales a todos los niveles (entre un 30% y un 50% menos que la media). No ha habido durante la pandemia ni en ningún momento anterior, una clara determinación por parte del INGESA de abordar este asunto (Y, por desgracia, todo parece indicar que esta actitud continuará en un futuro próximo). No hay voluntad política de mejorar y dotar nuestro sistema sanitario.
Y por otro lado la urgente adecuación de las infraestructuras sanitarias a la realidad de nuestra ciudad (más si cabe con la actual pandemia). Nos referimos a la terminación por la vía de urgencia del Centro de Salud del Tarajal y dotación presupuestaria para la construcción de un cuarto centro de salud. En este asunto como en el anterior no ha habido intención por parte de la administración de aumentar las partidas presupuestarias para su consecución.
Desde la Federación de Sanidad de CCOO consideramos que los resultados de estos índices que cuantifican la lista de espera quirúrgica y la lista de espera de consultas, son preocupantes por su persistencia, agravada por la pandemia del COVID-19 y su cronicidad en el tiempo, además de la insuficiente respuesta del SNS para resolver las necesidades de la atención sanitaria a la ciudadanía.
En CCOO consideramos necesario que España destine a la sanidad publica el 7% del PIB, la media europea. Igualmente, una estrategia urgente y necesaria que afronte la gestión de las listas de espera desde el propio Sistema de Salud Público para los que se deberán planificar los recursos materiales y humanos, así como una dotación presupuestaria suficiente para abordar los dos graves problemas de nuestro maltrecho sistema sanitario ceutí que son la falta de recursos humanos y la carencia de infraestructuras.