El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha subrayado que cualquier impuesto aplicado al sector bancario debe ser cuidadosamente diseñado para no comprometer la solvencia de las entidades ni su capacidad de otorgar crédito. Durante un encuentro financiero organizado por Deloitte y ABC, De Guindos destacó que no todos los impuestos son iguales y puso como ejemplo el caso de Italia, donde el impuesto puede reducirse si los bancos destinan parte de sus beneficios a mejorar su solvencia.
En España, la situación es incierta. De Guindos indicó que, de aplicarse un nuevo impuesto, el BCE lo evaluará considerando su impacto en la solvencia y el crédito. Las entidades financieras han advertido que un impuesto específico podría discriminar al sector y afectar su capacidad para ofrecer préstamos, ya que disminuiría su capital.
Más impuestos y temor a una guerra comercial
De Guindos también abordó la situación económica de Europa, señalando que la recuperación no ha sido tan robusta como se esperaba. Aunque la inflación ha disminuido sin que Europa entre en recesión, el consumo no ha aumentado significativamente. Esto podría deberse a la expectativa de futuras subidas de impuestos para reducir el déficit público, lo que frena el gasto de las familias a pesar de la mejora en su poder adquisitivo.
Además, De Guindos alertó sobre el riesgo de una ‘guerra comercial’ tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, quien podría imponer aranceles que desencadenen respuestas similares de otros países.
Apostar por una Unión Bancaria ‘de verdad’
En cuanto a la valoración en Bolsa de los bancos europeos frente a los estadounidenses, De Guindos negó que la regulación sea la causa principal. En cambio, abogó por una mayor integración europea y fusiones transfronterizas para fortalecer el sector. Destacó que Europa aún no cuenta con una Unión Bancaria completa, lo que afecta la percepción del mercado.
Finalmente, De Guindos enfatizó la importancia de avanzar hacia una verdadera integración bancaria en Europa para que los países puedan competir a nivel global. También mencionó la incertidumbre relacionada con los impuestos y beneficios a la banca como un factor que influye en la valoración de las entidades europeas.