Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha criticado la decisión del Gobierno de mantener el impuesto a las compañías energéticas, argumentando que esta medida perjudica tanto a la industria como a las inversiones. Durante el evento ‘Summit Reinventing Spain 2024’, Garamendi calificó el impuesto como «incomprensible» y «temporal-permanente», sugiriendo que afecta negativamente a proyectos de gran envergadura como el hidrógeno verde.
El representante empresarial destacó que las empresas buscan entornos seguros para sus inversiones, y los cambios regulatorios generan incertidumbre jurídica. Esto podría llevar a que las empresas opten por instalarse en otros países más estables.
Compromiso Gubernamental y Desafíos Políticos
El Gobierno, bajo el acuerdo entre PSOE y Sumar, se ha comprometido a convertir estos gravámenes en impuestos permanentes. Sin embargo, enfrenta dificultades para obtener el apoyo necesario en el Congreso, con partidos como Junts y PNV mostrando objeciones, mientras que ERC y Sumar apoyan la medida.
La vicepresidenta Yolanda Díaz ha condicionado su apoyo a los presupuestos a avances en la negociación fiscal, mientras que Gabriel Rufián de ERC critica la oposición de la derecha a gravar actividades contaminantes.
Reacciones del Sector Energético
El sector energético ha respondido con escepticismo. Josu Jon Imaz, de Repsol, ha advertido sobre la posible retirada de inversiones debido al «populismo fiscal». Ignacio Sánchez Galán de Iberdrola señaló que aún no han incorporado el gravamen en sus proyecciones futuras, esperando claridad del Gobierno.
La patronal eléctrica Aelec critica que el gravamen no está alineado con la normativa europea y afecta la competitividad de las empresas españolas. Además, señala que limita las inversiones en energías renovables, sugiriendo que debería ser una medida temporal.
El Debate sobre la Permanencia del Gravamen
El debate se intensifica con la noticia de que Repsol planea invertir en Portugal mientras mantiene en suspenso proyectos en España. La tribuna de Imaz en medios de comunicación ha avivado la discusión sobre el impacto del impuesto en la inversión energética.
Los sindicatos y partidos políticos están divididos; mientras algunos piden la eliminación del impuesto, otros exigen que las empresas devuelvan subvenciones si deslocalizan inversiones.
Funcionamiento del Gravamen Actual
El gravamen actual, aprobado en 2022, afecta a empresas energéticas con facturación superior a 1.000 millones de euros, gravando sus ingresos con un 1,2%. El Gobierno planea convertirlo en un impuesto permanente, pero esto requiere aprobación legislativa.
Hasta ahora, el impuesto ha recaudado más de 1.164 millones de euros, siendo Repsol la empresa que más ha contribuido. La continuidad de este gravamen sigue siendo objeto de intenso debate político y económico.