El impacto psicológico de la DANA en Catarroja ha sido significativo. Según la doctora Pilar Martínez, del Centro de Salud de Catarroja, muchos afectados presentan patologías psiquiátricas debido al estrés agudo generado por el desastre natural. Al principio, la adrenalina les permitió actuar rápidamente en las tareas de limpieza, pero ahora enfrentan la dura realidad de la situación.
Los afectados están en una fase de estrés agudo, y existe la preocupación de que esto pueda evolucionar hacia un trastorno de estrés postraumático. La falta de ayudas y la lentitud en la recuperación agravan esta situación, generando una sensación de abandono entre los habitantes.
La doctora Martínez señala que, tras el apoyo inicial de voluntarios y Protección Civil, el equipo del centro de salud opera bajo mínimos. Las limitaciones de espacio y la desaparición de unidades de apoyo en salud mental y odontología obligan a los pacientes a desplazarse a otras localidades para recibir atención.
Catarroja, con una población de aproximadamente 30,000 habitantes, ha sido una de las localidades más afectadas, con numerosos fallecimientos. Los problemas persisten, especialmente para las personas mayores que no pueden salir de sus casas debido a los ascensores inundados. Esto ha incrementado los avisos domiciliarios para el personal médico.
Además, las aguas residuales contaminadas han provocado un aumento en los casos de gastroenteritis y infecciones respiratorias, exacerbadas por el polvo del lodo. La doctora Martínez advierte sobre un problema de salud pública en desarrollo, con un incremento en las infecciones respiratorias y problemas dermatológicos.
La doctora hace un llamado urgente a la administración para que se intensifiquen los esfuerzos de bombeo y drenaje, y se brinde más apoyo a los sistemas de salud locales. La comunidad de Catarroja necesita ayuda para superar tanto los desafíos físicos como psicológicos que dejó la DANA.