En la reciente cumbre climática COP29 celebrada en Bakú, Azerbaiyán, se ha destacado la significativa presencia de representantes de la industria de combustibles fósiles. Según un informe de la coalición Echad a los Grandes Contaminantes, al menos 1.770 delegados de este sector han asistido al evento, posicionándose como una de las delegaciones más grandes.
La suma de estos delegados, tanto aquellos enviados directamente por las empresas petroleras como los que forman parte de delegaciones nacionales con intereses en la industria, convierte al lobby fósil en la cuarta delegación más numerosa. Solo es superada por Azerbaiyán, Brasil y Turquía.
El informe denuncia que los grupos de presión de combustibles fósiles han recibido más pases que todos los delegados de los 10 países más vulnerables al cambio climático juntos. Esto resalta cómo la industria está eclipsando la representación de quienes enfrentan directamente la crisis climática.
Críticas y Llamados a la Reforma
George Carew-Jones, portavoz de la delegación de jóvenes de la ONU, YOUNGO, expresó su preocupación: «Para aquellos que se preguntan por qué las COP no consiguen avanzar lo suficiente: es porque cada año hay un número impresionante de delegados presentes que tienen un interés personal en mantener el statu quo de los combustibles fósiles».
La COP28 de Dubái, celebrada el año anterior, mantiene el récord de representantes de la industria de energías contaminantes, con 2.456 delegados. Muchos de estos representantes accedieron a la cumbre como parte de asociaciones comerciales, principalmente del Norte global.
Países como Japón, Canadá e Italia incluyeron en sus delegaciones a miembros de estos lobbies, destacando la influencia de empresas como Sumitomo, Suncor, Tourmaline, Eni y Enel.
Reformas Urgentes Solicitadas
En paralelo al informe, se publicó una carta abierta al secretario general de la ONU, António Guterres, firmada por destacados expertos en política climática. Estos líderes piden una reforma fundamental de las cumbres climáticas, sugiriendo la exclusión de países no comprometidos con la transición energética.
Entre los firmantes se encuentran figuras como Ban Ki-moon, Christiana Figueres y Johan Rockström, quienes argumentan que las cumbres deben pasar de negociaciones a implementación efectiva para asegurar una transición energética urgente.
La carta enfatiza la necesidad de criterios estrictos de elegibilidad para excluir a países que no apoyen la eliminación de la energía fósil. Los anfitriones de las cumbres deben demostrar un alto nivel de ambición para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, cuyo país depende significativamente del gas y petróleo, afirmó en la inauguración de la COP29 que los combustibles fósiles son «un regalo de Dios», reflejando la complejidad de equilibrar intereses económicos y compromisos climáticos.