La llegada de personas migrantes ha descendido drásticamente durante en 2019, pero el número de muertes ha aumentado proporcionalmente, la APDHA denuncia que es «consecuencia de unas inhumanas políticas migratorias, cada vez más crueles, que vulneran gravemente los derechos humanos y el derecho a la vida»
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha presentado esta mañana su Balance Migratorio de la Frontera Sur 2019, y ha alertado de que el descenso de llegadas de personas migrantes a España se debe, principalmente, a la externalización de las fronteras. En este informe se alerta además de la vulneración sistemática de los derechos humanos de las personas migrantes y del aumento de fallecimientos.
Descenso de llegadas de personas migrantes: externalización y Frontex
«El gran titular con el que se cerraba el año 2019 subrayaba un descenso de forma notable de las llegadas de personas migrantes, a través de nuestra Frontera Sur, con respecto a 2018: una reducción en torno al 48%», señalan en el informe. Según el análisis de la APDHA con respecto a esta realidad es que «esa disminución se ha producido a costa de vulnerar los derechos humanos«. Apuntan directamente a la externalización de las fronteras al advertir que es un «efecto de la subcontratación a Marruecos del control de la Frontera Sur. El país norteafricano ha recibido cuantiosos fondos de la Unión Europea y España y desarrollado una tremenda acción represiva sobre las personas migrantes».
La organización ha criticado duramente que para reducir los flujos, España «haya subvencionado las prácticas de violencia, maltrato y muerte en Marruecos contra la población subsahariana, que se ve sometida a la prohibición de residir en las ciudades del norte de país, y que son objeto de continuas redadas de deportación tanto en campamentos como en viviendas particulares».
Según la APDHA, este descenso de llegadas, de 64.120 personas en 2018 a 33.261 en 2019, responde al apoyo de la UE a Marruecos con 140 millones para el control migratorio, la financiación para la compra de centenares de vehículos todo terreno, y a la instalación en el lado marroquí de la frontera de una triple hilera de concertinas, pese a que el Gobierno comenzó en diciembre comenzado a retirar las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla.
Además, el reforzamiento de Frontex ha traído como consecuencia, apuntan, «la militarización de los rescates y la merma en las funciones de Salvamento Marítimo, un servicio público que tenía como objetivo garantizar el derecho a la vida«.
Aumento de las muertes en la Frontera Sur
Ello, en paralelo al hecho de haber dejado en manos de Marruecos el rescate de embarcaciones en su zona SAR (Search and Rescue) “en condiciones absolutamente precarias”, ha provocado el incremento en términos relativos de las personas que han fallecido intentando alcanzar España. En total, 34 personas más han muerto este año respecto a las que hubieran correspondido por volumen de llegadas de 2018. Ese año perdieron la vida 1064 personas, y en 2019, 585, de las que 331 fallecieron y 254 desaparecieron.
Según la asociación, de las 33.261 personas que llegaron al Estado español por la Frontera Sur en 2019, 26.916 lo hicieron por vía marítima, en 1.194 embarcaciones de todo tipo, y 6.345 por vía terrestre a Ceuta y Melilla. A Andalucía llegaron 20.307 personas, de las cuales 6.498 lo hicieron a Almería, seguida de Cádiz, con 5.805, Granada (4.128), Málaga (3.819) y Huelva (52).
Aumento del flujo en la ruta de Canarias
Respecto a las rutas, el balance refleja un aumento considerable de la ruta de Canarias, con un dato que duplica las llegadas del año anterior, de 1.425 en 2018 a 2.918, en 2019. «Esta es una de las rutas más peligrosas, que se ha cobrado la vida de 200 personas», apuntan.
Especialmente dolorosos fueron para la organización los naufragios del 16 y 17 de mayo, con 23 personas muertas, la muerte el 8 de mayo, de una bebé de poco más de un año llamada Sephora, o las de las 37 personas el pasado 28 de septiembre, cuyos cadáveres fueron apareciendo poco a poco en las costas de Mohammedia, en Marruecos. No obstante, «la ruta más mortal de todas es la de Alborán, que ha llegado a cobrarse la vida de 262 personas», denuncian.
Crecimiento de las llegadas de personas marroquíes y menores
En su trabajo de monitoreo, la asociación ha detectado un crecimiento en la llegada de personas marroquíes en relación con las personas subsaharianas y ha determinado que fueron 8.066 los niños y niñas (acompañados de sus familias o solos) los que llegaron a las costas españolas. Ello significa un aumento con respecto a 2018 (7.053) del 12,58%, pero sobre todo, un importante incremento porcentual con respecto a las llegadas totales, ya que casi un 30% de las personas llegadas a España por vía marítima han sido menores de edad.
En cuanto al género, APDHA informa de que se ha producido un descenso de la llegada de mujeres, un 12,63% en 2019, frente a un 17% en 2018, que achaca a la disminución de personas subsaharianas, debido a la “enorme represión” desarrollada por Marruecos.
Vías seguras y falta de transparencia
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía insiste en que “las personas migrantes no son sólo números”, y exige “cambiar sobre unas políticas destructoras de derechos humanos, que obligan a que cientos de personas pierdan la vida cada año debido a la ausencia de vías seguras para migrar, con condiciones infrahumanas, sin posibilidad de cerrar nunca el ciclo de la tragedia”. Es un sufrimiento, añaden, «que se prolonga más allá, evidenciado en la imposibilidad para los familiares de despedir con un mínimo de dignidad a sus seres queridos, se topan con trabas burocráticas infinitas y la falta de coordinación entre administraciones».
Además, en el análisis de su balance anual, la organización señala que los procesos migratorios son complejos y critica la falta de transparencia, criterios y acceso a los datos del balance quincenal del Ministerio del Interior, que “promueven por la desinformación un análisis simplista y confuso, caldo de cultivo para los discursos de odio, el racismo y la proliferación de estereotipos, en especial con la infancia migrante que viaja sin referentes familiares adultos”.
La investigación de la APDHA se sustenta «en el monitoreo, recogida, verificación, análisis de los datos y observación de realidades sobre los flujos migratorios”, por lo que, añaden, “debería ser fácil realizar una comparativa con los datos oficiales, pero los obstáculos y la falta de metodología y rigor del ministerio, lo impiden”. Asimismo, muestra su preocupación por el apagón informativo decretado en enero del pasado año que afecta a los rescates de pateras y que provoca que «las personas rescatadas y fallecidas queden invisibilizadas«.
Por último, APDHA espera que «el nuevo Gobierno introduzca modificaciones sustanciales en las políticas migratorias para respetar los derechos humanos en las fronteras y evitar tanta muerte y tanto sufrimiento”.