Lo que está viviendo Juanas Rivas es un claro ejemplo de justicia patriarcal y violencia institucional. Y no, no voy a defender el hecho de que, aunque él tuviera una sentencia firme de maltrato y otros procedimientos sin resolver por la lentitud de la justicia, las trabas burocráticas y las denuncias cruzadas, ella se negara a entregar a sus hijos porque no se puede actuar de espaldas a la Ley.
Podemos hablar del hecho de que un maltratador jamás será un buen padre, podemos afirmar que la justicia necesita más perspectiva de género y más instrumentos que avalen la defensa e inmediatez en un caso como este para que ella no hubiera tenido, por miedo, que actuar por su cuenta. Pero no podemos normalizar la sustracción, entendida o no, de unos menores. Y por ello cumple sentencia.
Pero ahora resulta que, a pesar de tener el indulto parcial del Gobierno, un juez misógino, el mismo que ha parafraseado frases contra el feminismo y ha dictaminado sentencias polémicas contra las mujeres, se ha permitido el lujo de negar ese indulto argumentado tres razones falsas. Juana Rivas sí ha afirmado estar arrepentida, Juana Rivas no actuó como en España en Italia y jamás se negó a entregar a sus hijos al padre. No existe procedimiento alguno sobre ello en ese país. Y lo que es más importante, un informe de la Guardia Civil negó que uno de los hijos recibiera abusos sexuales.
Una investigación donde la propia madre actuó como acusación particular, fue quien dio aviso al colegio y llevó al niño al médico. Y no voy a mencionar más este asunto porque hay una sentencia de la Jueza Jiménez donde impide hablar de estos hechos por una cuestión de protección del menor.
Así que, podemos tener opiniones diversas sobre la forma que tuvo de proceder de esta mujer, pero lo que no podemos hacer en democracia es avalar y normalizar resoluciones basadas en suposiciones, prejuicios ideológicos, opiniones sesgadas y manipuladas. Basta leerse la sentencia y luego darse una vuelta por las redes personales de este señor para darse cuenta del flaco favor que le hacemos a la lucha contra la violencia de género si no condenamos y repudiamos estos actos que denigran el sistema judicial. Espero y deseo que el Cuerpo General del Poder Judicial le abra un expediente de oficio.
Este señor, por llamarlo de alguna manera, debería estar inhabilitado para ejercer un cargo donde, y dicho textualmente por él, dicta resoluciones en base a su sentido común, primero, y luego en base a lo que dictamina la Ley.
¿Cuántas mujeres más van a caer en manos de este machista que rebajó la indemnización a una mujer porque la cicatriz que le dejó un accidente era «atractiva”? ¿Por qué nadie hace nada?