La cumbre del G20, que reúne a las principales economías del mundo, ha comenzado en Río de Janeiro con un enfoque decidido en la erradicación del hambre y la pobreza. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha lanzado la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, un proyecto ambicioso al que se han sumado 39 países y 30 organizaciones.
Compromiso Internacional
La iniciativa busca abordar los altos niveles de hambre que, según la FAO, afectan a 733 millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, Argentina ha optado por no unirse a esta alianza, destacándose como el único país del G20 en tomar esta decisión.
Reformas y Transición Energética
Además de combatir el hambre, la cumbre se centra en la reforma de organismos internacionales como la ONU, el FMI, el Banco Mundial y la OMC. También se discute la transición hacia energías más limpias, un tema crucial en el contexto actual de cambio climático.
Impuesto Global a los Superricos
Otro punto clave es la propuesta de un impuesto global para los superricos, que ha enfrentado resistencia de países como Alemania y Estados Unidos. Aunque la idea ha sido discutida en reuniones previas, aún no se ha logrado un consenso firme.
Contexto Geopolítico Tenso
La cumbre se desarrolla en un clima de tensiones geopolíticas, marcado por los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo. La invasión rusa de Ucrania y el conflicto en Gaza y Líbano complican la posibilidad de alcanzar acuerdos unánimes.
Ausencias Notables
El presidente ruso, Vladímir Putin, no asistirá a la cumbre, siendo representado por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. La ausencia de Putin se debe a una orden de captura internacional en su contra por crímenes de guerra en Ucrania.
Un Encuentro Bajo Alta Seguridad
La cumbre se lleva a cabo en el Museo de Arte Moderno de Río, protegido por un despliegue de 20,000 militares y policías. Entre los asistentes se encuentran líderes como Joe Biden, Xi Jinping, Claudia Sheinbaum, Javier Milei y Emmanuel Macron.
En conclusión, la cumbre del G20 en Brasil se presenta como un escenario de grandes desafíos y oportunidades, donde las decisiones tomadas podrían tener un impacto significativo en la lucha contra el hambre y la pobreza a nivel global.