En un esfuerzo por reducir la alta tasa de accidentes en la carretera A-355 de Málaga, la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Junta de Andalucía han implementado una innovadora medida: líneas rojas pintadas en el asfalto. Este tramo, conocido como la ‘carretera de la muerte’, ha visto una disminución del 30% en accidentes graves desde la introducción de estas marcas.
La iniciativa no solo incluye las líneas rojas, sino también la instalación de cuatro radares pedagógicos que miden la velocidad de los conductores sin imponer multas. Este enfoque busca educar y concienciar a los conductores sobre la importancia de mantener velocidades seguras.
Un Éxito Celebrado Localmente
El Ayuntamiento de Coín ha celebrado esta medida, aunque insiste en la necesidad de ampliar la capacidad de la vía debido al aumento del tráfico, que ha pasado de 7,000 a casi 20,000 vehículos diarios desde su apertura en 2014. El alcalde Francisco Santos aboga por un desdoblamiento de los carriles para mejorar aún más la seguridad.
Una Solución Económica y Eficaz
Los expertos en seguridad vial destacan la efectividad y el bajo costo de las líneas rojas, sugiriendo su aplicación en otros puntos negros del país. Un informe de la Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera (AEC) respalda esta idea, indicando que con una inversión razonable se podrían evitar hasta 300 muertes anuales en las carreteras españolas.
Ensayos previos, como el realizado en Murcia en 2009, ya habían demostrado el potencial de estas medidas, logrando una reducción del 42,8% en la siniestralidad. Sin embargo, la durabilidad del material y el mantenimiento constante son desafíos que deben abordarse para asegurar su efectividad a largo plazo.
Observación y Educación: Claves para el Futuro
Ignacio Lijarcio, vicepresidente de la Fundación para la Seguridad Vial Fesvial, subraya la importancia de observar el impacto inicial de estas medidas y ajustar estrategias para mantener su efectividad. Además, enfatiza la necesidad de una educación vial continua para fomentar comportamientos seguros entre los conductores.
En lo que va del año, 914 personas han perdido la vida en las carreteras españolas, un incremento del 3% respecto al mismo periodo del año anterior. Estas cifras resaltan la urgencia de implementar soluciones efectivas como las líneas rojas para mejorar la seguridad vial en todo el país.