En una de las jornadas más violentas desde el inicio de la campaña aérea israelí, al menos 30 personas han perdido la vida y otras 35 han resultado heridas en la región de Baalbek-Hermel, en el este del Líbano. El gobernador de la región, Bachir Khodr, informó sobre las 20 incursiones aéreas que provocaron estas bajas, aunque no se detallaron las localidades específicas afectadas.
Además, Israel ha emitido una orden de evacuación para el barrio de Burj el Barajneh, en el sur de Beirut, argumentando que tres edificios en la zona son utilizados por Hizbulá. Según el portavoz militar israelí, Avichay Adraee, los residentes deben evacuar inmediatamente y mantenerse alejados a una distancia mínima de 500 metros.
Esta orden de evacuación coincide con un discurso televisado del nuevo líder de Hizbulá, Naim Qassem, quien afirmó que el grupo no espera resolver el conflicto mediante acciones políticas y advirtió sobre la capacidad de Hizbulá para prolongar la guerra. Qassem aseguró que cuentan con ‘decenas de miles’ de combatientes entrenados y preparados para enfrentar a Israel.
Desde el 23 de septiembre, la capital libanesa y especialmente el Dahye han sido objeto de constantes bombardeos israelíes. Estos ataques forman parte de una campaña más amplia que también afecta al sur del país y al valle de la Becá. Según el Ejército israelí, durante las redadas en el sur, se han eliminado a numerosos milicianos de Hizbulá y se han incautado armas, incluyendo misiles Kornet y granadas.
El conflicto ha tenido un impacto devastador en la población civil. En el último año, más de 3.000 personas han muerto en el Líbano debido al fuego cruzado entre Hizbulá e Israel, con la mayoría de las bajas ocurriendo en el último mes de escalada. Por otro lado, 15 civiles israelíes han fallecido en ataques de Hizbulá contra el norte de Israel.
La situación actual refleja una creciente tensión en la región, con ambos lados mostrando determinación para continuar el conflicto. Mientras Israel intensifica sus operaciones militares, Hizbulá reafirma su capacidad de resistencia, lo que sugiere que el conflicto podría prolongarse aún más.