Arranca la mesa redonda y última acción de la Caravana Abriendo Fronteras en Ceuta. La convocatoria es ambiciosa, por internacionalidad y multiplicidad de lecturas y enfoques. El lugar escogido es la sede de la asociación de vecinos de la calle Este de El Príncipe Felipe, donde los lugareños se han encargado de la acogida de la Caravana de este año.
Yassin Hamed, el presidente de la asociación, ha agradecido acaecidamente la presencia de estas 300 activistas, que al contrario que la mayoría de los y las visitantes de Ceuta, han escogido alojarse y hacer actividades en El Príncipe.
Desde el Foro de Ceuta les ofrecemos un pequeño resumen de cada intervención, una pincelada de cada problemática distinta dentro de la complejidad del fenómeno migratorio en su choque contra el racismo institucional y sensitivo en Ceuta. Antes, y con el mismo orden de intervención, la Caravana Abriendo Fronteras se ha unido a la corriente popular que pide cerrar los Centros de Internamiento de Extranjeros, y más después de la muerte por suicidio de un joven en el de Zapadores, Valencia. 2008, 2009, 2010, 2011, 2012 y 2017. Años en que ha muerto gente en circunstancias poco claras en estos centros de detención de personas migradas.
Para entender todas estas problemáticas uno tiene que tener en cuenta que Ceuta, como Melilla, no forman parte del espacio Schengen, lo que permite que haya convenios con las regiones próximas a las ciudades autónomas para que nacionales marroquíes puedan entrar en estos territorios españoles sin visado y sin permiso para pernoctar. Y que el 80% del desempleo del reino se concentra en esta parte norte del país. A sabiendas de estas dos generalizaciones, esos son algunos de los temas tratados esta mañana.
Porteadoras, la feminización de la pobreza en la frontera sur
Ana Rosado es una de las responsables de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. En 2016 realizaron uno de los informes más completos que se han hecho analizando la situación de las mujeres que se dedican al porteo. Denuncian que las mujeres son el último eslabón de la cadena económica que genera el porteo y que está al margen de la legalidad. España nunca ha regularizado este comercio, definido como atípico en este lado de la frontera y como contrabando en el lado marroquí. Esto se traduce en una inestabilidad laboral (nunca saben si les dejarán trabajar, si les confiscarán el bulto), jornadas durísimas, sin servicios básicos y bajo las inclemencias del tiempo. Y estas peones acaban reportando 400 millones de euros a la ciudad aunque ellas apenas llegan a final de mes. Las condiciones son tan duras que desde la APDHA denuncian casi una decena de muertes de hombres y mujeres los últimos años en las colas para entrar a portear a Ceuta.
Acogida, sensibilización y denuncia
Pilu Alba es presidenta y voluntaria desde hace cinco años de la asociación Elín. Ha empezado reivindicando la migración como una riqueza no material. Explica que desde Elín se ha querido sensibilizar y denunciar. Al principio de hacerlo, hace unos veinte años, las autoridades locales acusaron a las religiosas de la asociación de tráfico de personas. Ahora mismo, en Elín un equipo de voluntarias da clases de castellano a residentes del CETI, creando a partir de esta actividad un espacio de confianza y tranquilidad. Este espacio ha sido de vital importancia en momentos en que hay personas que han estado varios años esperando un salvoconducto para ir a la Península. Una de las carencias principales es la falta de apoyo jurídico independiente sobre terreno.
Menores y jóvenes migrantes en situación de calle
Joana Millán, de Maakum, ha sido la encargada de romper tópicos sobre estas personas, que se aglutinan mediáticamente bajo las siglas MENA aún cuando «no se puede estigmatizar ni perfilar el colectivo, porque es imposible». Ha explicado que hay menores, mayores, universitarios que no ven salidas laborales en Marruecos, gente que tiene familiares en la Península, etc. Al principio de su intervención ha querido dejar claro que todas las personas que trabajan en el colectivo que acompaña a jóvenes en el Puerto son voluntarias, siendo el interés económico una de las principales críticas que hay en Ceuta contra entidades pro derecho humanos. De hecho, incluso han renunciado a recibir subvenciones públicas para mantener la independencia.
Desde el colectivo han querido hacer pública la violencia estructural en la que viven inmersos los jóvenes que quieren llegar a la Península a través del Puerto. Dejando claro que están haciéndose eco de testimonios recogidos, han referido como algunos agentes de cuerpos de seguridad en muchas ocasiones utilizan violencia directa contra los jóvenes, propinando golpes de porra, lanzándoles ropa al mar o hasta algunos chicos han explicado a Maakum como les han lanzado perros dentro de la zona restringida del Puerto. Además, aseguran que en Ceuta hay un clima general de hostilidad contra estos jóvenes migrantes, aunque también se quiere reconocer la labor de personas vecinas anónimas que se autorganizan para hacer cenas muchos días de la semana. Por último, Millán ha querido agradecer a la Caravana que haya sido un mecanismo para que los «harraga» del Puerto ayer reivindicaran y bailaran en el centro de la ciudad.
Realidad de las mujeres transfronterizas
Carlos Lorente es voluntario de una de las asociaciones con una trayectoria más larga en Ceuta, Digmun. Ha repasado por encima la complejidad burocrática que existe en Ceuta, y que de las combinaciones de estatus residenciales surgen problemas como la falta de escolarización de menores que residen en esta ciudad. Muchas de las familias que se encuentran que la ley no les ampara todos sus derechos son de El Príncipe, barriadas que han acogido las jornadas. Y es justamente aquí donde Lorente, con Cruz Blanca, crean proyectos de dinamización del barrio.
Las invisibles, las menores migrantes
Aunque no estaba en el cartel Azahara García ha podido intervenir para hablar de chicas migradas menores de edad. «Tienen una problemática igual que los chicos menores pero más vulnerabilidad por ser mujeres», ha dicho la trabajadora de la Cruz Blanca, con acceso al centro de menores del Mediterráneo. Ha querido hacer énfasis en el aumento progresivo de estas chicas, habiendo ahora mismo 44 bajo la tutela de la ciudad. Por ser mujeres en situaciones muy vulnerables, terminan siendo víctimas de género y «muchas ejerciendo la prostitución siendo menores de edad».
Voces internacionales de personas que buscan a sus familiares desaparecidos
En la mesa redonda han sonado voces de estas que te hacen levantar la vista y detenerte a pensar que el mundo es global y que las políticas que endurecen las vías migratorias no son solo un problema de Ceuta. Han sonado con fuerza voces de Honduras, de Túnez y de Argelia, personas explicando que han perdido a sus sobrinos, sus hijos, y que las redes de personas como las que crea la Caravana son las que han permitido encontrar a centenares de personas. O iniciar una comisión en Italia para buscar justicia por aquellos que llegaron a las costas de este país y nunca más dieron señales de vida. Desde este periódico hemos podido conversar con algunos de estos testimonios y publicaremos entrevistas para profundizar sobre estas otras trágicas migraciones en otras partes del Mediterráneo y del mundo.