Isabel Valriberas Acebedo fue elegida decana del Ilustre Colegio de Abogados de Ceuta en diciembre de 2002, reelegida en 2007, 2012 y 2017, cargo que ostenta en la actualidad, además es consejera del Consejo General de la Abogacía Española desde febrero de 2003 y en la actualidad, por su condición de Decana, y vicepresidenta de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita del citado Consejo.
Hablamos con ella sobre la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, sobre la situación de las víctimas y sobre la interposición de denuncias contra sus verdugos.
¿Cuáles han sido los logros de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género?
El logro de la ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, es ser el primer instrumento en España para la lucha contra la violencia de género, que supuso una reforma de la normativa civil, penal, publicitaria, social y administrativa para dar una respuesta global que tiene como objetivo garantizar la integridad de las mujeres y evitar la violencia estructural ejercida contra ellas
La Ley ha traído consigo la adopción de medidas concretas para garantizar un tratamiento adecuado de la situación jurídica, familiar y social de las víctimas. Así se le garantiza la asistencia letrada desde la formulación de la denuncia y la orden de protección, la posibilidad de que se adopten medidas cautelares como la prohibición de comunicación o alejamiento, medidas relativas a la guarda y custodia de los hijos, ayudas sociales… etc.
A partir de la Ley se ha visibilizado el maltrato que históricamente han sufrido las mujeres en el ámbito privado, y se ha puesto el punto de mira en el maltratador, agravándose las penas con tipos penales específicos.
¿Y sus debilidades?
Que quedan muchos aspectos por desarrollar, sobre todo desde el punto de vista de la educación y la prevención, y que para su correcta aplicación necesita de la suficiente dotación presupuestaria.
Como decana del Colegio de Abogados y como experta en violencia de género, ¿en qué cree que debe mejorar la ley y su aplicación?
Se podría mejorar la ley ampliando el concepto restringido de violencia de género, que actualmente se limita al ámbito de la pareja.
Es evidente que se debe luchar contra todo tipo de violencia ejercida contra la mujer por el hecho de serlo, ya que, de momento, la norma solo se aplica en los casos de violencia que sufren mujeres por parte de sus parejas o exparejas y excluye el resto de feminicidios y también las agresiones sexuales.
Para que la ley se implemente y desarrolle en todos sus aspectos deben aumentarse los recursos y medios.
Por ejemplo, habría que dotar de más medios a los juzgados con competencias en la materia, e incrementarse los recursos de las Unidades de Valoración Forense, que son un gran apoyo para los Juzgados de Violencia, sobre todo a la hora de la emisión de informes de valoración en los supuestos de malos tratos psicológicos, los más difíciles de acreditar.
Pero, sobre todo creo que donde se ha producido más fracaso es en la prevención y en el ámbito educativo, en el que queda mucho por hacer. Hay que seguir educando en respeto e igualdad.
Las herramientas para poner freno a esta lacra social, parecen de momento insuficientes, a tenor de las estadísticas oficiales.
¿Cuál es la realidad de género en nuestra ciudad?
Creo que la realidad en Ceuta no difiere mucho del resto de España, si bien no contamos con mujeres asesinadas.
¿Qué supone no tener un Juzgado único de violencia?
Lo ideal sería tener Juzgado único de violencia, pues la tendencia debe ser avanzar hacia la especialización de la totalidad de los órganos que conocen estos delitos en todas sus fases procesales. Si el Juzgado sólo conoce temas de violencia y se le exime del conocimiento de otros asuntos que tiene que tramitar por ser un Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, tanto el Juez como el personal del Juzgado tendrían más tiempo para dedicarle a los procedimientos, y ello redundaría en un servicio más ágil y especializado, especialmente en la atención a las víctimas de estos delitos.
¿Por qué la mayoría de las mujeres que son asesinadas no habían denunciado?¿Cuáles son los factores por los que las víctimas de violencia de género no denuncian?
La mayoría no denuncia por «el miedo a la reacción del agresor», o porque no se reconocen como víctimas.
El maltrato genera una dependencia emocional de tal magnitud que la víctima, no solo no se reconoce como tal, sino que se siente culpable y experimenta pena por su maltratador.
Algunas no denuncian porque tienen hijos y dependen económicamente del agresor. La falta de apoyo familiar también puede ser motivo para que la víctima decida no denunciar, al encontrarse sola.
La mayoría tarda mucho en tomar la decisión de denunciar. Y durante mucho tiempo piensan que pueden solucionarlo solas.
No hay un perfil único de mujer maltratada. Afecta a todas clases y perfiles de mujeres, y no todas tardan lo mismo en denunciar o contar a su entorno social y familiar la situación en la que se encuentran.
¿Existe una revictimización de la víctima cuando entra en el sistema?
En algunos casos sí.
Sobre todo cuando la violencia de género es psicológica y a la víctima le resulta difícil acreditar los hechos. O tiene que someterse a numerosos interrogatorios o pruebas para acreditar su padecimiento psicológico. En esos casos en que se pone en duda la credibilidad de la víctima, ésta se suele sentirse incomprendida por las propias instituciones en las que confiaba cuando formuló la denuncia.
Retirar una denuncia no significa que esta sea falsa, pero son muchas las mujeres que al final deciden hacerlo… ¿cómo se puede derribar el mito de las denuncias falsas que llevan por bandera los negacionistas?
Hay mujeres que después de denunciar a su agresor se arrepienten, y deciden no continuar con la acusación.
Los motivos pueden ser muchos: la dependencia emocional que tienen del agresor les hace sentir pena por él; las consecuencias económicas que la denuncia puede tener para sus hijos, cuando la denunciante es dependiente económicamente del agresor y éste puede perder su empleo con motivo de la denuncia: el miedo al proceso; las presiones familiares…
Ello no significa que lo que han denunciado sea falso. Por ello los abogados consideramos necesario que una víctima tenga asesoramiento desde el momento de la denuncia, y conozca las consecuencias de la misma.