El gobierno de Israel ha anunciado que no avanzará hacia la segunda fase de la tregua con Gaza sin la desmilitarización completa del territorio y la liberación de todos los rehenes. Esta demanda surge tras la finalización de la primera fase del acuerdo, que permitió la liberación de 33 rehenes a cambio de la excarcelación de aproximadamente 1.800 presos palestinos.
El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, ha declarado que la segunda fase del alto el fuego no se implementará automáticamente, sino que requiere una negociación detallada. ‘Exigimos que Hamás y la Jihad Islámica abandonen Gaza y que se liberen a nuestros rehenes’, afirmó Saar, subrayando que estas condiciones son esenciales para avanzar.
Las conversaciones entre las partes están actualmente estancadas, con Israel proponiendo extender la primera fase por otros 42 días, mientras que Hamás considera esta propuesta como una violación del acuerdo inicial. La situación se complica aún más con el bloqueo israelí a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, lo que ha sido criticado por la ONU como contrario a la legislación internacional.
Desde el inicio de los ataques el 7 de octubre, más de 48.000 personas han muerto en Gaza, la mayoría civiles, según informes. Este conflicto se intensificó después de que Hamás y otras milicias palestinas atacaran el sur de Israel, causando la muerte de 1.200 personas y el secuestro de 240.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos eventos, instando a ambas partes a encontrar una solución pacífica. Mientras tanto, la población civil en Gaza continúa sufriendo las consecuencias del bloqueo y la falta de acceso a recursos básicos.
En conclusión, la situación en Gaza sigue siendo tensa y compleja, con Israel manteniendo su postura firme sobre la desmilitarización como condición para avanzar en el proceso de paz. La comunidad internacional deberá seguir desempeñando un papel crucial en la mediación de este conflicto prolongado.
