Italia ha iniciado el traslado del primer grupo de migrantes rescatados en el Mediterráneo hacia centros de recepción en Albania. Este movimiento es parte de un proyecto impulsado por el gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni, que busca procesar a miles de solicitantes de asilo fuera de las fronteras italianas.
Los centros de recepción, ubicados en Schengjin y Gjader, han sido construidos bajo un acuerdo entre Italia y Albania. Este es el primer caso en que un país de la Unión Europea envía migrantes fuera de sus fronteras comunitarias, con el objetivo de reducir las llegadas irregulares.
Un número no especificado de migrantes ha sido trasladado a bordo de la embarcación Libra desde Lampedusa. Una vez en Albania, se les realizarán controles acelerados para identificarlos y retenerlos mientras se gestionan los trámites fronterizos.
El endurecimiento de la política migratoria de Meloni responde al aumento de llegadas en Lampedusa. Según el Ministerio del Interior italiano, los migrantes trasladados han sido sometidos a un control inicial para verificar que cumplen ciertos requisitos: deben proceder de países considerados seguros, ser hombres y no vulnerables.
Italia ha identificado 21 países como ‘seguros’, incluyendo Bangladés, Egipto, Costa de Marfil y Túnez. Solo en el año pasado, 56.588 migrantes de estas naciones llegaron a Italia.
Acuerdo entre Italia y Albania
El acuerdo permite a Italia enviar hasta 36.000 migrantes al año a Albania, siempre que provengan de países seguros. Sin embargo, una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas podría complicar esta definición, ya que establece que un país no perteneciente a la UE no puede considerarse seguro a menos que todo su territorio esté libre de peligro.
Los centros en Albania están operativos desde la semana pasada. El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, anunció que el traslado de inmigrantes irregulares del norte de África comenzaría pronto, con el objetivo de reforzar el sistema de expulsiones en Europa.
Imágenes de la televisión albanesa muestran las instalaciones del centro de Gjadër, que incluyen camas, una sala médica, un laboratorio de análisis, y salas para radiografías y atención psicológica. El primer ministro albanés, Edi Rama, explicó que los migrantes no pueden abandonar las instalaciones libremente.
Críticas y controversias
El acuerdo ha sido criticado por la oposición italiana y organizaciones humanitarias, que argumentan que viola los derechos de los solicitantes de asilo. La líder de la oposición, Elly Schlein, cuestionó el costo del proyecto, sugiriendo que los fondos podrían destinarse a mejorar la sanidad pública en lugar de violar derechos humanos.
En respuesta a las críticas, la primera ministra Meloni defendió el acuerdo en redes sociales, afirmando que su gobierno trabaja para proteger las fronteras italianas y detener el tráfico de personas mediante acciones concretas y acuerdos internacionales.
El debate sobre este proyecto continúa, mientras otros gobiernos europeos observan con interés la iniciativa de Italia, que podría sentar un precedente en la gestión de la migración en la región.