La expulsión directa de Kylian Mbappé por una dura entrada a Antonio Blanco encendió las alarmas en el Real Madrid, que temía perder a su estrella para la esperada final de la Copa del Rey frente al F.C. Barcelona. Sin embargo, según el análisis del exárbitro Eduardo Iturralde González, el delantero francés podrá estar en el partido decisivo.
Durante su intervención en el programa Carrusel Deportivo de la Cadena SER, Iturralde fue tajante: “Mbappé se va a librar de la sanción de cuatro partidos porque no lo van a considerar grave”. El colegiado retirado explicó que, a pesar de que la acción fue sancionada con roja directa, no reúne los criterios para considerarse una infracción de especial gravedad, lo cual hubiera acarreado una sanción de larga duración.
“Mbappé no va al balón. Estaba caliente desde la falta… Menuda roja, clarísima”, sentenció Iturralde, al tiempo que justificó su visión señalando que Antonio Blanco, jugador del Alavés y víctima de la entrada, no sufrió lesión ni tuvo que ser sustituido. “Eso le salva”, aseguró.
El acta del árbitro del partido describe la acción de Mbappé como: “entrada con el pie en forma de plancha a la altura de la espinilla de un contrario, en la disputa del balón, usando fuerza excesiva”. Una descripción que, según Iturralde, encaja más con una sanción de dos partidos por “fuerza desproporcionada”, según el artículo 130 del reglamento disciplinario.
Al haber dos jornadas de Liga antes de la final, el castigo se cumpliría íntegramente antes del duelo copero, lo que garantiza la disponibilidad del atacante francés.
Antonio Blanco, por su parte, restó dramatismo al incidente tras el partido, que terminó con victoria del Real Madrid por 0-1: “Ha sido una entrada fuerte, pero se ha disculpado, que es lo más importante”, declaró.
Mbappé, quien ya cuenta con antecedentes de expulsiones, se disculpó personalmente con Blanco, gesto que también podría pesar favorablemente en la valoración disciplinaria.
Así, salvo giro inesperado, el delantero madridista estará presente en uno de los partidos más esperados del año: la final de la Copa del Rey ante el eterno rival.
