Jake&Jake
_«La Reina de Castilla en la dimensión paralela de Mefisto Sánchez»_
España desde tiempos inmemoriales es tierra de traidores, desde las Américas todas las guerras nos las hicieron los nuestros y ningún pueblo se ha odiado más por leyendas de envidias ajenas que las ciclotímicas Españas.
Hemos llegado como país misteriosamente hasta 2025, utilizando lenguas regionales sin más salida que un nacionalismo infantiloide creados por mediocres de miembros viriles cortos y sin victorias en sus estandartes.
En esa España quijotesca dónde formaciones que del 1931-36 estuvieron inmersas en cuatro golpes de estado y una suma delictiva que hace palidecer al «Número de Graham» pues van de éticos y en ese ecosistema se ha generado una dualidad digna de Foreman y Ali en el combate del siglo en 1974 en Kinshasa, Mefisto Sánchez es un tipo sin escrúpulos que la última verdad que se le recuerda es que en la cuna dijo…»mamá», el apolineo vendedor de su propia alma ha devastado un país muchísimo más rápido que la recua sudamericana zurda y en un terreno más hostil a saltarse los poderes y contrapoderes como es Europa, es un tipo profundamente odiado hasta por sus más partidarios y encontrará un final a lo Gaius Iulius Caesar (Cayo Julio César) pero con la diferencia de que el romano era un auténtico gigante y Mefisto más allá de su estatura un auténtico enano enamorado de si mismo, el tipo cree que puede a su vez abatir a todo el poder judicial y al tandem Donald Trump/Elon Musk, lleva malas cartas en la partida aunque hará daño hasta el final pues su psiquis no le permite el bien ya que le produciría una reacción anafiláctica cualquier buena obra o demostración de empatía, lo suyo es una enfermedad de alma (no poseerla).
Su némesis es una simple chica de barrio, una chica de Chamberí, nada sofisticada ni intelectualoide de esas generaciones nuevas que salen analfabetas de las universidades pero con títulos con el valor real de una etiqueta de anis del mono, la mujer en cuestión sin proponerselo es Reina, sí, es Reina, Reina de Castilla, y lleva el nombre del personaje más grande de la historia de España…Isabel, Mefisto en cambio lo lleva del más grande cabronazo de la Vieja Madre Rusia… Pedro…el cruel, Zar malvado donde los haya.
El combate está destinado a que la chica mundana que vive un mundo cierto y que jamás finge ser algo que no sea ella venza, es alguien a quien la parroquia la ama, no hay secretos en lo que hace más que ser ella misma, todo varón de derechas la sueña y cualquier participante de Miss Universo carece de la capacidad de llegarle a la suela de los zapatos en lo que provoca en los hombres….devoción a una Reina, la que tuvo la más grande de los Reyes que nunca dío España, Isabel hace lo que hay que hacer, vive con códigos, con verdades y con la intensidad de quién lo da todo, jamás duda en buscar al mejor para el resultado más óptimo y crece sin pretenderlo, cuánto más se esfuerza Mefisto en su destrucción más seguro anda el diablo de se quedará el cuerpo del que de alma carece.
España y Madrid hoy son divergencias absolutamente, hay una búsqueda de destrucción del pais que tiene la historia más poderosa del mundo mal que les pese a sus enemigos externos e internos y Madrid se hace una Suiza dentro de su Madre Patria, Castilla tiene Reina y España un Rey más alto que Mefisto que pregunta al espejo…¿quién es el más alto del reino? Mientras a lágrima viva escucha….su Majestad Felipe VI
Esperemos que Madrid contagie a España, mimbres algunos hay, no sólo de Isabel vive el hombre pues también está Cayetana, supura honor, supura firmeza, supura fuerza indomable y junto a la Reina de Castilla en realidad no se les vota sino que se les ama, otras llegarán pues esperando estamos a Éster Muñoz, Noelia Núñez y Elisa Vigil, son jóvenes pero con cojones de toros de lidia, quizás en algún momento aparezca un hombre y nos sorprenda pues actualmente los huevos los llevan mujeres, lo dicho, Mefisto debe saber que el diablo siempre hace trampas y al primero que se la hace es a su propio lacayo y que si lee la historia de España comprenderá que no puede vencer a una Reina de Castilla que se llame Isabel pues las matemáticas siempre son tan exactas como tozudas.