Cuenta con una calificación de 1100 puntos Elo y juega ya en liga de adultos. Ha ganado el campeonato de Eslovaquia en la categoría femenina sub-8, fue quinta de Europa y jugó en unas simultáneas contra el ex campeón mundial Anatoli Karpov, obteniendo tablas, al igual que frente al campeón canadiense Tomas Krnan
La niña Agáta Berkova, de once años y de etnia romaní (gitana), está logrando grandes resultados en la competición y ha roto la creencia estereotipada de que no juegan bien al complicado y difícil deporte del ajedrez, informa periodistasenespañol.es.
Berkova es originaria de la ciudad eslovaca de Poltár, con cerca de seis mil habitantes, cerca de la frontera húngara. Cuenta con una calificación de 1100 puntos Elo y juega ya en liga de adultos. Ha ganado el campeonato de Eslovaquia en la categoría femenina sub-8 y fue quinta de Europa.
Fue entrenada desde los seis años por su padre, Milan Berko quien forma parte del equipo de ajedrez ‘Hrochotski jezdci’ (Los jinetes de Hrochot) y que lo aprendió, a su vez, a los veinticinco años, de un primo.
Ahora, enseña a menores, la mayoría romaníes, con problemas de hiperactividad o con familias donde había consumo de drogas, y poco a poco, el ajedrez ayudó en estas situaciones.
«Cuando los niños y niñas empezaron a jugar al ajedrez, después de medio año, me di cuenta de que estaban mirando al mundo y a su propio futuro con otros ojos. Cada cual terminó la escuela secundaria» explicó, añadiendo que tener buenas notas era una condición para participar.
Al inicio solo contaba con tres tableros de ajedrez en el centro comunitario pero le ayudó el club de la localidad de Banská Bystrica, cerca del pueblo de Hrochot, sede del equipo.
«El ajedrez se juega en silencio en todas partes. De repente romaníes llegan a los torneos y las personas asistentes no están acostumbradas. Cuando aparecimos en la puerta, debías haber visto cómo se giraban las cabezas hacia nosotros. Incluso vi mujeres agarrando sus bolsos y comprobando que no les faltaba nada. Fue desagradable», señala Berko sobre su primera experiencia competitiva.
Hay que mencionar que una encuesta de 2019 señaló que el 76 por ciento de la población eslovaca tenía opiniones desfavorables sobre la etnia romaníes.
El equipo de ‘Los jinetes de Hrochot’ llegó al campeonato de Eslovaquia y del europeo. «También estuvimos en Moscú para mostrarles que las personas romaníes no somos tan estúpidas como dicen» sostuvo.
Agáta acompañó a su padre a campeonatos por Eslovaquia, y aunque no fue a Moscú, jugó en unas simultáneas contra el ex campeón mundial, Anatoli Karpov, obteniendo unas tablas, al igual que frente al campeón canadiense, Tomas Krnan.
Además, cuenta la anécdota que cuando jugó en un torneo ante un adulto que tenía una clasificación muy alta, cercana a los 1800 Elo, cuando se dio cuenta que estaba perdiendo contra una chica y gitana, tiró las piezas con rabia.
Agáta espera seguir su educación además de seguir con el ajedrez: «me gustaría convertirme en abogada o en científica para inventar una cura para mis hermanos que sufren de autismo».
La población romaní en Eslovaquia alcanza el dos por ciento de la población con algo más de cien mil censados en todo el país, que cuenta con un total de 5,4 millones de habitantes.
Los niños y niñas romaníes están segregados en las escuelas. Según una encuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de 2012, alrededor del 43 por ciento de romaníes en las escuelas ordinarias asistían a clases de segregación étnica. El Centro Europeo de Derechos de los Romaníes (ERRC) considera que la situación en Eslovaquia es una de las peores de Europa.
Dominio de la presión y estereotipo
Un reciente estudio de campo realizado por el profesor Tom Stafford, del departamento de Psicología de la universidad de Sheffield, en el Reino Unido, examina el dominio de la presión sobre las mujeres, y qué aspecto es real en el juego del ajedrez.
La British Psychological Society a través de una página web ha hecho público este reciente estudio resumido en unos siete folios.
La llamada teoría del stereotype threat ocurre cuando un colectivo sufre un estereotipo negativo, la ansiedad experimentada para evitarlo o simplemente saber que existe, reduce sus capacidades intelectuales y aumenta las posibilidades de confirmar el citado estereotipo. En este caso sería que las mujeres son inferiores a los hombres en el ajedrez.