Nunca antes había venido a Ceuta y como lo han invitado desde el Club de Lectura de la Biblioteca Pública, lo ha hecho. Y también porque le gustan los encuentros con los lectores, «porque la literatura no existe sin lectores». Es más, «una novela es una partitura y cada lector la interpreta a su manera».
Javier Cercas («Soldados de Salamina», «Anatomía de un instante», …) es uno de los escritores más influyentes del panorama actual, por los millones de libros que ha vendido y por sus columnas bimensuales de opinión en El País. Claro opositor del movimiento independentista catalán, el autor carga contra los políticos que según él «provocaron esta ruptura». Aun así, enmarca la voluntad independentista dentro de un contexto de crisis económica, a la par -con sus diferencias- que la subida de Trump o el Brexit.
«Sacar banderas a la calle es muy fácil, el problema es volverlas a meter», ha sentenciado el autor en Ceuta, una de las ciudades españolas donde el patriotismo nacional se manifiesta de manera más patente en las calles y en la mentalidad de sus habitantes. Se refería a Cataluña, pero no deja de sorprender que se critiquen banderas donde estas envuelven, con más fervor que en ningún otro sitio, el corazón y la cabeza de la gente.
«Comprender no significa justificar«. Pero se tiene que entender y comprender. La historia actual y la pasada. Cercas ha parafraseado a Faulkner: «The past is never dead. It’s not even past» («el pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado»). Y esta es la clave que ha acercado a Cercas a tantos y tantos lectores. La capacidad del escritor de hacer presente el pasado, porque «la historia por sí sola no tiene sentido», dice el autor.
Javier Cercas también ha acercado una bonita reflexión sobre nuestro legado literario. «Yo no soy un escritor español, soy un escritor en español». El castellano es la lengua más hablada de toda latinoamérica, por lo que, entre otra corrientes, Cercas, y muy buena parte de la literatura hecha en España, bebe de autores latinoamericanos. Y entre ellos, Cercas ha tenido palabras para Borges, quién sigue leyendo después de muchos años.
Porque vamos -o iremos- cambiando los autores que nos acompañan en nuestra vida. Porque cambiamos. Como cambia la historia de un país. Como cambia uno después de leer un libro, que a la vez lo llevará a otro que le hará cambiar.