Con un discurso titulado «Malentendidos de la modernidad. Un manifiesto», el escritor extremeño desmontó las ideas erróneas que, según él, han marcado el mundo literario en los últimos tiempos.
Javier Cercas ha defendido la literatura como una forma de rebeldía ante el poder, de conocimiento y de placer, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española (RAE), un acto celebrado esta tarde en la sede de la institución. El escritor de Soldados de Salamina centró su intervención en desmontar lo que considera una “telaraña pertinaz de malentendidos, por no decir supersticiones o prejuicios”, extendidos en el ámbito literario.
Titulado «Malentendidos de la modernidad. Un manifiesto», el discurso de Cercas se dedicó a deshacer, una por una, las ideas equivocadas que se han formado en torno a la literatura. Según el escritor, cuatro grandes prejuicios han condicionado la visión del arte: la imagen del escritor aislado en su torre de marfil, la glorificación del artista, la concepción de que la buena literatura debe ser minoritaria, y, finalmente, la creencia de que el arte es inútil.
“La auténtica literatura está compuesta por palabras en rebeldía, y de ahí que represente un peligro para el poder, para cualquier poder”, destacó Cercas, quien subrayó que, para él, la literatura no solo representa una forma de rebelión, sino también de conocimiento y de disfrute, un placer equivalente al sexo.
Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) se remontó a los orígenes históricos de esos prejuicios, como el Romanticismo o la Modernidad, y los cuestionó. En cuanto al dogma de la inutilidad del arte, lo vinculó con la figura de Oscar Wilde y su afirmación de que el arte es innecesario, interpretándolo como un acto de rebeldía contra el pragmatismo burgués. Sin embargo, lamentó que este alegato emancipador se haya transformado en un dogma dentro del mundo literario actual.
El escritor también criticó la tendencia a valorar los libros solo por su popularidad, desafiando la noción de que un libro es bueno solo por su número de ventas. Citó a grandes autores como Shakespeare, Cervantes, T.S. Eliot, Hemingway, Nabokov, García Márquez y Vargas Llosa, quienes, a su juicio, demostraron que la popularidad no está reñida con la calidad literaria.
En cuanto a la figura del escritor solitario en su torre de marfil, Cercas afirmó que ningún escritor español de los últimos dos siglos ha sido ajeno a la realidad, como tampoco lo fueron grandes autores como Kafka, Joyce, Borges o Proust. La literatura, para Cercas, debe ser una respuesta a la realidad, no un escape de ella.
En la parte final de su discurso, Cercas recordó a su amigo y maestro Javier Marías, fallecido en 2022, quien dejó vacante la silla R en la RAE, ahora ocupada por el escritor extremeño. Cercas destacó la profundidad, complejidad y compromiso de la obra de Marías, y lo calificó como un escritor “peleón” que no rehuía tomar partido en los asuntos más polémicos.
Por último, Cercas dedicó unas palabras a los lectores ideales de la literatura, citando a Don Quijote y a Madame Bovary como ejemplos de aquellos dispuestos a embarcarse en “la aventura más radical, arriesgada y revolucionaria: la aventura de vivir una vida acorde con nuestros sueños y nuestros deseos”.