El salón de grados de la Universidad de Granada ha acogido la jornada Cambalache, bajo la premisa que “la educación es un derecho de todos y de todas”. El evento ha sido organizado por Andalucía Acoge para analizar, en términos de inclusión del alumnado extranjero, qué retos tiene el sistema educativo ceutí y cuáles se le plantean a cada profesional de la educación
Para el decano de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de la UGR, Antonio García Guzmán, cada día Ceuta está mejor en inclusión aunque todavía queda un trecho. Este es, para Mª José Fernández Maqueira (Tula), la jefa de la Unidad de Programas Educativos de la Dirección Provincial de Educación, una parte de necesidades materiales, humanas y de conscienciación, que dependen tanto de las instituciones como de la sociedades.
«Todos tenemos el deber de reflexionar«, argumenta Tula, «desde el ámbito de trabajo y hacer una reflexión. Si una ciudad necesita un modelo de inclusión, esa es Ceuta». Porqué las jornadas Cambalache partían de una premisa, que es que «la educación es un derecho de todo el alumnado», dice García Guzmán, aunque no siempre es así.
Marina Pérez, de Andalucía Acoge, explica que hay problemas en el acceso al sistema educativo, derivados de diferentes situaciones aunque una de las más habituales es la falta del padrón. Pérez explica que una vez el o la alumna en el aula se tiene que hacer un seguimiento que muchas veces no se hace, o se está mal planteado. «No se trata de sectorizar y aislar a esta población«, afirma la trabajadora de Andalucía Acoge, puesto que se tiene que estar «con la familia y con todos los ámbitos de la ciudadanía».
Y para aquellos menores que no tienen familia aquí en Ceuta, desde la Dirección Provincial, Tula afirma que se está haciendo un»esfuerzo» para escolarizar a todo el mundo. Esgrime que todos los menores que residen en el CETI están en escuelas e institutos de la ciudad, y que de los centros de menores, hay 52 chavales en el instituto, «18 que han entrado los últimos meses» y 40 lo podrían hacer los próximos meses. Esto significa que la mayoría de chicos de la Esperanza y del Mediterráneo no estarían escolarizados regladamente, pero la Dirección Provincial de Educación afirma estar trabajando en ello. Y que «los centros se están adaptado a la realidad de Ceuta«, porque aunque sean «macro institutos», se está integrando a menores no acompañados por referentes familiares.
Por otro lado, como esta «realidad» de Ceuta y del resto del Estado es que cada vez hay más chicos y chicas que migran solos, el decano de Facultad comenta que «los planes de estudio han comenzado a incluir formación para que nuestros estudiantes puedan dar una respuesta adecuada a la situación de cada sitio«. Y jornadas como la Cambalache ayudan a ir mejorando y concretando esta respuesta, que al final, redunda en una mejor educación de todos y todas, sean de dónde sean.
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