El exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, está siendo objeto de un minucioso análisis financiero por parte de los investigadores del caso Koldo, una presunta trama de corrupción vinculada a contratos públicos durante la pandemia. Según los datos preliminares del caso, Ábalos percibió más de 600.000 euros procedentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a lo largo de la última década.
Durante ese mismo periodo, el exministro realizó donaciones al partido que alcanzan un total de 43.700 euros, una cantidad muy inferior al total percibido como retribución. Aunque estas aportaciones están permitidas por los estatutos internos del partido y no constituyen, en sí mismas, una irregularidad, su comparación con las cifras globales ha despertado el interés de los investigadores, que buscan determinar el origen y destino de los fondos vinculados a los implicados en la trama.
La investigación no se limita únicamente a Ábalos. También está bajo la lupa el actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, uno de los hombres de confianza del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y cuya cercanía con varios de los implicados ha motivado que sus movimientos financieros también sean examinados.
El epicentro de la investigación es el conocido caso Koldo, bautizado así por el que fuera asesor personal de Ábalos en el Ministerio, Koldo García Izaguirre. García está acusado de mediar en la adjudicación de contratos millonarios para la compra de mascarillas y otros materiales sanitarios durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, algunos de los cuales se habrían adjudicado de forma irregular a empresas sin experiencia en el sector.
El caso ha generado una gran controversia política. Si bien Ábalos no ha sido imputado hasta el momento, sí ha sido señalado por haber mantenido relaciones cercanas con varios de los principales acusados. A raíz del estallido del escándalo, el exministro fue apartado de sus responsabilidades en el Congreso y ha defendido públicamente su inocencia, asegurando que colaborará con la justicia “en todo lo que sea necesario”.
Mientras tanto, el PSOE intenta contener los daños y desvincular la dirección actual del partido de los hechos investigados. Sin embargo, las nuevas revelaciones sobre las cantidades percibidas por Ábalos y las donaciones que realizó durante años vuelven a poner el foco en la financiación interna del partido y la fiscalización de sus altos cargos.
El curso de la investigación judicial será clave para determinar si existieron responsabilidades penales o administrativas entre los dirigentes implicados. Por ahora, tanto Ábalos como Cerdán siguen bajo escrutinio, en un caso que amenaza con tener repercusiones políticas a corto y medio plazo.
