Jóvenes por la Dignidad ha denunciado la ineficiencia del proceso de admisión en la Formación Profesional (FP), destacando los plazos insuficientes para presentar reclamaciones y la exigencia de trámites presenciales en pleno siglo XXI, lo que consideran una falta de consideración hacia los estudiantes y sus familias
Jóvenes por la Dignidad ha denunciado ayer cómo las autoridades educativas están complicando la vida de los estudiantes y sus familias con el proceso de admisión en la Formación Profesional (FP). Según han señalado, a media mañana se ha publicado el listado de admitidos y excluidos sin asegurar que todos los afectados sean debidamente notificados. Como resultado, muchos estudiantes pueden no enterarse a tiempo para presentar sus reclamaciones. Además, el plazo de reclamación es irrisoriamente breve: hoy y mañana, apenas unas horas para revisar detalladamente la lista y presentar sus reclamaciones.
Jóvenes por la Dignidad critica que este plazo insuficiente no solo es injusto, sino que revela una preocupante falta de consideración hacia quienes dependen de este proceso para su futuro educativo. Además, destacan que la guinda del pastel es la exigencia de que la matriculación, programada del 22 al 29 de julio, se realice de manera presencial. Señalan que, en pleno siglo XXI, cuando la digitalización ha revolucionado todos los aspectos de nuestra vida diaria, desde la banca hasta la salud, resulta irónico y frustrante que las autoridades educativas insistan en procedimientos arcaicos. En lugar de aprovechar las ventajas de la tecnología para facilitar estos trámites, se obliga a los estudiantes y sus familias a desplazarse, interrumpiendo sus vacaciones.
Jóvenes por la Dignidad destaca la contradicción entre los discursos y campañas que promueven las nuevas tecnologías y la digitalización y la práctica real, que parece volver a la era del papel y la fila interminable. Proponen que se ofrezca una opción dual: permitir tanto la matriculación presencial para aquellos que lo prefieran o necesiten, como la digital para quienes buscan comodidad y eficiencia. Esta flexibilidad no solo haría justicia a las diferentes necesidades y circunstancias de las familias, sino que también demostraría un verdadero compromiso con la modernización y la accesibilidad en la educación.
Además, Jóvenes por la Dignidad subraya que las autoridades deben garantizar que la publicación de los listados se realice de manera efectiva, asegurando que todos los estudiantes afectados reciban la notificación a tiempo para poder actuar en consecuencia. La tecnología no solo está disponible, sino que es fundamental para garantizar una gestión administrativa eficiente y equitativa. La digitalización de los procesos de admisión y matriculación, complementada con la opción presencial, aseguraría que todos los estudiantes tengan igual acceso a las oportunidades educativas sin trabas innecesarias.
En conclusión, Jóvenes por la Dignidad considera que el actual proceso de admisión y matriculación en la FP es un claro ejemplo de cómo las políticas educativas pueden fallar en adaptarse a las necesidades y realidades actuales. Urgen una revisión profunda y la implementación de tecnologías adecuadas para evitar que situaciones como esta sigan perjudicando a los estudiantes y a sus familias.