En un reciente informe, JP Morgan ha destacado a España como la economía de mayor crecimiento en Europa, señalando un factor determinante que ha pasado desapercibido para muchos: la facilidad con la que los inmigrantes latinoamericanos se integran en la sociedad y el mercado laboral español. Este fenómeno está permitiendo un crecimiento diferencial que países como Alemania y Francia no han logrado igualar.
Un crecimiento sólido en la eurozona
España ha mantenido un crecimiento del 3% o más desde finales de 2023, superando con creces a otras grandes economías de la zona euro, muchas de las cuales enfrentan recesión o estancamiento. En el tercer trimestre de 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) español casi triplicó el de Alemania, Francia e Italia, lo que marca un cambio significativo respecto a las primeras fases de recuperación tras la pandemia.
Según JP Morgan, varios factores han impulsado este crecimiento: el fuerte aumento de la población, la fortaleza del sector servicios, el impacto de los fondos europeos y la recuperación tras una caída más profunda durante la crisis sanitaria. Además, el consumo privado, el consumo público y las exportaciones han desempeñado un papel clave en la expansión económica española.
La inmigración como motor de la economía
Uno de los aspectos más destacados en el informe es el impacto positivo de la inmigración en el crecimiento español. En 2022, España registró su mayor nivel de migración neta en una década, con cerca de 750.000 personas. Desde entonces, los flujos migratorios han seguido siendo elevados, especialmente con la llegada de ciudadanos de América Latina (Colombia, Perú, Venezuela) y Marruecos.
JP Morgan resalta que, a diferencia de otros países europeos, España ha desarrollado políticas de inmigración más flexibles, lo que ha permitido que la población en edad de trabajar crezca un 4% desde 2019. Este aumento ha impulsado la fuerza laboral y ha contribuido a un crecimiento económico superior al de otras economías avanzadas.
Factores culturales y laborales
El informe también señala que los lazos culturales entre España y América Latina han facilitado la rápida integración de los migrantes, quienes además cuentan con niveles de educación superiores a los de olas migratorias previas. A diferencia de lo que ocurre en Alemania y Francia, los inmigrantes latinoamericanos presentan una alta tasa de participación en el mercado laboral, lo que ha permitido un mayor aprovechamiento de su talento en distintos sectores de la economía.
Exportaciones y competitividad
Además del crecimiento interno, España ha mostrado un destacado desempeño en sus exportaciones de servicios. El turismo ha sido clave, con un aumento del 8% en pernoctaciones extranjeras hasta noviembre de 2024. Otros sectores como la consultoría, los servicios financieros y la tecnología de la información también han experimentado un auge, consolidando a España como un actor relevante en estos mercados.
Perspectivas económicas
El crecimiento de España en los últimos años ha sido impulsado por una combinación de factores estructurales y coyunturales. De cara al futuro, JP Morgan estima que la migración neta seguirá siendo elevada entre 2024 y 2026, lo que compensará el envejecimiento de la población. Además, la reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo y un entorno favorable para la inversión extranjera contribuirán a sostener la expansión económica.
Si bien se espera que el crecimiento de España se modere en 2025-2026, el país seguirá siendo un motor clave para la eurozona. La consolidación fiscal y la gestión del gasto público serán desafíos a afrontar, pero España parece estar bien posicionada para mantener su ventaja económica en los próximos años.