La Asociación Profesional mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil dice que, «pese a las promesas del ministro del Interior y de la directora general, la falta de efectivos para evitar los asaltos se verá agravada porque atenderán al tiempo los pasos fronterizos terrestres y la llegada de pasajeros a los puertos de ambas ciudades»
La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil, JUCIL, ha emitido un comunicado donde alertan «del caos que puede ocasionar en Ceuta y Melilla la inminente reapertura de la frontera con Marruecos«, cerrada desde hace algo más de dos años por la pandemia del virus covid-19.
JUCIL, agrupación que defiende los derechos laborales y sociales de los guardias civiles, teme que esta reapertura de puestos fronterizos en tierra y del paso de viajeros y vehículos a través de los puertos de ambas ciudades autónomas «se vea acompañada de nuevos saltos sobre las vallas fronterizas de miles de migrantes subsaharianos que permanecen desde hace meses al otro lado de las fronteras».
En su comunicado, señalan que al salto masivo en Ceuta, a través de la playa del Tarajal en mayo del 2021, se suma las acciones en Melilla, donde en marzo de este año se registraron «dos asaltos violentos que se saldaron con medio centenar de guardias civiles y policías heridos y más de un millar de entradas irregulares en esta ciudad española del norte de África».
JUCIL resalta que, tanto el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, prometieron en su visita a Melilla tras estos acontecimientos, tanto el incremento de efectivos como la adecuación del material antidisturbios a este tipo de situaciones junto con la reparación de la valla en aquellos tramos donde resulta más fácil el salto por la falta de elementos que obstaculicen este paso. “Ninguna de esas cosas se ha llevado a cabo», aseguran.
«Ni se ha reparado la valla, en la que hay zonas donde faltan los peines invertidos por las que el salto es más fácil, ni se ha ampliado la plantilla que ahora deberá dividirse entre los que llevan a cabo su servicio en Seguridad Ciudadana y quienes tienen que controlar en el Servicio Fiscal en el puerto. Una situación que, como se vio en marzo último con el paso violento de inmigrantes subsaharianos sobre la valla de Melilla, prácticamente impide la aplicación de la ley y la defensa de los ciudadanos de Melilla y de la frontera sur de la Unión Europea», resume el portavoz de JUCIL, Agustín Leal.
Más de 3.000 subsaharianos a la espera de una oportunidad
Leal indica que más de 3.000 inmigrantes subsaharianos se concentran en el monte Gurugú, al otro lado de la valla de Melilla, a la espera de una oportunidad para intentar un nuevo salto masivo sobre la valla de esta ciudad autónoma. «Queremos dejar bien claro que JUCIL no está en contra de la inmigración. Creemos, eso sí, que este proceso migratorio debe llevarse a cabo de una manera ordenada, documentada y con la aplicación de medidas y condiciones que eviten un efecto llamado sobre aquellas personas que ahora saben que, si ejercen violencia y consiguen su objetivo de cruzar la valla, lograrán con esta actitud el premio de poder moverse con libertad por toda España» puntualiza el portavoz de JUCIL.
Falta de medios y de personal. Despliegue del ejército
Ante esta temida avalancha la falta de personal y de medios se califica de acuciante. “Tanto en Ceuta, donde hace un año se produjo una entrada irregular que exigió la intervención del Ejército, como en Melilla son necesarios no menos de 200 agentes más. En las actuales condiciones no hay personal para atender la vigilancia de la valla, el control de los pasos fronterizos por tierra y la llegada de viajeros al puerto a través de los ferrys que cruzan el Estrecho de Gibraltar”, enumera Agustín Leal. “En estas circunstancias, además de la equiparación salarial de guardias civiles y policías con otros cuerpos policiales, en Ceuta y en Melilla es necesario proveer de más plantilla a la Guardia Civil, pero no con guardias comisionados desde otros lugares de España, sino con
residentes en ambas ciudades” puntualiza el representante de JUCIL.
Cuando se abran los puestos fronterizos los agentes ahora destinados a vigilar los perímetros de las vallas tendrán que reincorporarse a sus funciones de control en los accesos de las fronteras, así como a las labores de control e inspección de pasajeros y vehículos en las estaciones marítimas de Ceuta y Melilla. Ante estas circunstancias JUCIL pide que el Gobierno estudie desplegar al ejército para reforzar y garantizar la seguridad a través de los pasos fronterizos con efectivos destinados en la actualidad en Ceuta y Melilla.
Petición al Gobierno
Más de 10.000 inmigrantes, en su mayor parte menores, cruzaron sobre todo a nado hasta Ceuta desde Marruecos el 17 de mayo del año pasado, en la mayor avalancha registrada hasta el momento. Muchos de esos migrantes fueron devueltos en las horas posteriores, pero aún hay más de un millar en las calles de Ceuta un año después. “Estas situaciones pueden repetirse si las plantillas de la Guardia Civil, de por sí muy justas, tienen que dividirse entre la atención de las fronteras, de los pasos y del puerto. Pedimos al Gobierno que actúe con responsabilidad en la protección de los ciudadanos de Ceuta y de Melilla”, concluye en portavoz de JUCIL, Agustín Leal.