El expresidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, ha ganado la primera vuelta de las elecciones internas para presidir el partido, pero no ha logrado superar el 50% del apoyo necesario para evitar una segunda votación.
La jornada electoral, celebrada este sábado, estuvo marcada por una participación activa de las bases del partido, que decidieron que el futuro liderazgo de ERC se defina en una segunda vuelta dentro de 15 días.
Un liderazgo cuestionado
Aunque Junqueras partía como el favorito para sucederse a sí mismo al frente de ERC, la falta de mayoría absoluta refleja que su liderazgo no es unánime dentro del partido. Las tensiones internas, los debates sobre la estrategia independentista y las diferencias generacionales podrían estar detrás de este resultado inesperado.
La hoja de ruta en juego
La segunda vuelta no solo decidirá el liderazgo del partido, sino que también podría determinar la dirección estratégica de ERC en los próximos años. Junqueras representa la continuidad de una línea política que apuesta por el diálogo con el Estado, mientras que otros sectores del partido reclaman un enfoque más rupturista para alcanzar la independencia de Cataluña.
El reto de la unidad interna
La elección también pone de manifiesto los desafíos de mantener la cohesión interna en un partido clave para el movimiento independentista. El resultado definitivo podría marcar un antes y un después en el rumbo político de ERC y su papel en la política catalana.
La próxima votación se celebrará en 15 días, y el desenlace será decisivo tanto para Junqueras como para el futuro de Esquerra Republicana de Catalunya.