El vicepresidente de la asociación, Jesús Murcia, explica que muchos trabajadores se encuentran «desesperados», ya que este medio de vida es el sustento de sus familias. Se trata de una cuantía de 420.000 euros que se gestiona a través de la Cámara de Comercio a cambio de plasmar en la flota publicidad de la Ciudad mediante esta entidad
La Asociación del Taxi y Eurotaxi se constituyó hace un par de meses tras desvincularse de la Asociación Unificada del Taxi al no haber acuerdo por parte de sus miembros en relación a los proyectos. Cuenta con una sesentena de miembros y el pasado mes de diciembre firmaron un contrato con la Ciudad por importe de 420.000 euros por el que se acordaba portar en los vehículos publicidad de la Ciudad mediante la Cámara de Comercio. Para ello, incluso han tenido que formarse como agentes publicitarios.
Sin embargo, hasta la fecha no les ha sido reembolsada la cantidad, algo que atribuyen a «un problema con el interventor», según nos cuenta el vicepresidente de la asociación, Jesús Murcia. «Estamos el gremio entero esperando a que se haga el pago a la Cámara de Comercio para repartirnos la cantidad», explica el taxista. A esto hay que sumar la resaca que ha dejado en este sector la pandemia del coronavirus, así como el cierre de la frontera durante más de dos años.
Se trata de un proyecto denominado ‘El taxi, agente activo en la estrategia turística‘, que fue aprobado en un Consejo de Gobierno del pasado mes de diciembre con el objetivo de servir para dinamizar del sector del transporte público en vehículos ligeros. Por parte de la Cámara de Comercio, aseguran estar a la espera del ingreso por parte de la Ciudad para poder comenzar con la contratación y pagos.
El colectivo del que forma parte Murcia no solo tiene en cuenta a los miembros de su asociación en estas reivindicaciones, también empatiza con el resto de asalariados e, incluso, los propietarios de los vehículos. «Nosotros trabajamos por y para el bien del sector del taxi», aclara el trabajador. Por último, revela que muchos de estos trabajadores están «desesperados», ya que este medio es el sustento de vida de sus familias.