Pasó más de tres años en prisión preventiva acusado de terrorismo, pero fue absuelto en 2020
El imán Hesham Faik Mohammed Shashaa, conocido como Abu Adam, ha visto rechazada su reclamación de 30 millones de euros de indemnización por los 1.286 días que pasó en prisión preventiva antes de ser absuelto de delitos de terrorismo en 2020. La Audiencia Nacional desestimó su petición el pasado 14 de febrero, aunque el religioso aún puede presentar un recurso ante el Tribunal Supremo.
Una vida de alto nivel antes de su detención
Shashaa argumentó que su encarcelamiento le supuso una grave pérdida económica y personal. Según su defensa, antes de su detención gozaba de un elevado nivel de vida, con ingresos que alcanzaban los 12.600 euros mensuales. Afirmó que percibía 5.000 euros como imán en una mezquita de Múnich, 4.000 euros de la Seguridad Social alemana por sus 21 hijos, 2.000 euros de una organización gubernamental alemana para la desradicalización de jóvenes y 1.600 euros del Ministerio de Asuntos Religiosos de Kuwait por asesoramiento.
Además, la Audiencia Nacional constató que el imán recibió importantes transferencias millonarias de diversos países, incluyendo 2 millones de euros desde Emiratos Árabes, 1,4 millones desde Alemania, 60.000 euros desde Reino Unido y 50.000 desde Turquía. Según el tribunal, gran parte de estos fondos provenían de mecenas saudíes y emiratíes, que realizaban transferencias tanto a su cuenta personal como a la mezquita en la que ejercía.
Una red de financiación difícil de justificar
El tribunal reconoció la existencia de múltiples cuentas bancarias y transferencias millonarias, pero subrayó que no había pruebas claras de contratos de trabajo regulares ni actividad económica formal que justificara esos ingresos. De hecho, la sentencia apuntó que parte de los fondos fueron utilizados para operaciones inmobiliarias, gastos personales y la financiación de comunidades islámicas y programas de desradicalización.
La falta de pruebas contundentes sobre sus pérdidas económicas llevó a la Audiencia a rechazar la reclamación. “Es necesario probar la cuantía del daño con justificaciones sólidas”, señalaron los magistrados.
Daños morales y desmembramiento familiar
Shashaa también alegó daños morales, asegurando que su encarcelamiento provocó la disolución de su familia, el divorcio de algunas de sus esposas y su salida forzosa de España. Además, afirmó que su prestigio internacional quedó destruido.
Sin embargo, la Audiencia concluyó que no presentó pruebas suficientes para respaldar estas afirmaciones. “Lo único que ha quedado demostrado son las transferencias y las 19 cuentas bancarias que utilizó para recibirlas”, dictaminó el tribunal.
Además de rechazar su demanda, la Audiencia condenó a Shashaa a pagar las costas judiciales derivadas del proceso. Ahora, queda por ver si el imán decide llevar su caso al Tribunal Supremo para seguir con su reclamación.