En primer lugar ¿quién es Isabel Díaz Ayuso? O, mejor dicho. ¿qué es? ¿Qué representa? Todo el que tenga cierto bagaje político o cierto interés en la política, sabe que Ayuso representa de forma clara los valores esenciales del Partido Popular. Ese PP de la época de Aznar. De la época de las mayorías absolutas y el crecimiento económico disparado. Ese PP quiere evocar Pablo Casado, al que Ayuso es absolutamente leal, y cuyo primer logro ya ha sido el evitar la deriva socialista a la que quiso someterlo Soraya Sáez de Santamaría. Ayuso representa la pureza en los valores populares. También cabe resaltar que, hoy por hoy, Ayuso es la figura política más potente de España. Por encima incluso de su propio partido, ganado a pulso batalla tras batalla en los escenarios más adversos posibles. Algo que refuerza incluso el concepto que puede haber de ella en el propio partido, manteniendo su lealtad incluso pudiendo haber sido presa de la vanidad para ser catapultada debido a su gran propulsión y capacidad. Algo que le honra. Son las consecuencias de moverse dentro del marco de un código claro y bien definido. Ayuso se ha demostrado humilde. Esto no es una opinión, es matemáticas. Ayuso no ha dudado en rodearse de los mejores profesionales para alcanzar el mejor resultado para su pueblo, un gabinete con una clara tendencia paleolibertaria, y las consecuencias de sus decisiones están ahí.
Frente a este modus, podemos examinar a su contrapartida en Ceuta. Juan Vivas. Cuesta creer que estas dos personas compartan siglas. No es ningún secreto, y creo que a estas alturas ya no es sujeto de discusión ni debate que Juan Vivas no elige a su círculo de confianza ante la premisa de la meritocracia, sino basándose a otra cualidades que no siempre son las capacidades para desempeñarse en sus puestos, ya que prefiere tener cerca personas que sean más manejables. Esto es un hecho empírico, y es cierto que es una práctica común de la política pero también es cierto que hay que cambiar esa faceta.
En ese paradigma, Pablo Casado, quien a todas luces será el futuro presidente de la nación, ha sido claro y conciso. Ceuta y Melilla son y serán siempre España, y además el Sáhara debe gestionarse acorde a las resoluciones de Naciones Unidas. Tampoco es extraño que Juan Vivas se posicione en este conflicto del lado de Sánchez y de Marlaska. Fuera a parte de su alianza con el PSOE y su pasado socialista, Vivas siempre se ha caracterizado por decantarse por el lado más socialista ante cualquier disyuntiva. Así fue con Soraya Sáez, y así fue con el PSOE en la asamblea. Este apoyo es ya de por sí grave por el carácter estatista y coactivo del socialismo, pero en nuestro caso es una cuestión de supervivencia. El PSOE siempre ha tenido en mente la entrega de Ceuta y Melilla, y ahora estamos a un paso de culminar esta acción. Lo comenzó con la entrega de DNIs a marroquíes cual máquina expendedora la primera vez que tuvo ocasión. Haciendo honor a la justicia, muchas de esas personas merecían la ciudadanía con creces y es cierto que había que retribuirles de esa forma, pero desde el PSOE jamás se hizo la criba necesaria de quién la merecía y quien no, sino que simplemente se les vio como posibles votantes. Y hasta habló directamente ese PSOE de la necesidad de entregar Ceuta y Melilla a Marruecos en boca de Máximo Cajal, que ha llegado a ser embajador de la nación en Francia, Suecia, o Guatemala, además de cónsul general en Nueva York y Lisboa, y representante personal de Zapatero para la Alianza de Civilizaciones. Y no es que lo dijo en una radio. Escribió un libro llamado “Ceuta y Melilla, Olivenza y Gibraltar. ¿Dónde acaba España?” donde decía abiertamente que había que entregar a marruecos toda posesión española en el norte de África. Con lo cual, cuando Pedro Sánchez y Marlaska hablan de sentarse a negociar con Marruecos “sin líneas rojas”, están siendo meridianamente claros. La propia ex socialista Rosa Díez acaba de decir en los medios que el PSOE podría estar negociando la cesión de las dos ciudades autónomas. Una razón más por la que la señora Ayuso no podría ni aceptaría jamás aparecer en una foto con otra pieza más de la política destructiva, aunque sea de forma involuntaria, contra la españolidad de Ceuta, ya que, aunque es innegable que el señor Vivas ha luchado siempre con uñas y dientes por la españolidad de Ceuta, cada día resulta más evidente que ha elegido el bando y las formas inadecuadas.
Todo esto no va, de ningún modo, en contraposición con el deseo de que los menores que entraron ilegalmente sean devueltos con sus familias. Es más, desde este Think Tank decimos alto y claro que cualquier persona que entre ilegalmente debe ser expulsada en cuanto sea posible, y que ningún acto ilegal puede tener jamás, y de ninguna manera, una consecuencia favorable para quien comete el ilícito, pero también sabemos que estos objetivos deben sustentarse bajo un régimen jurídico de legalidad y esto debe establecerse con normativas y acuerdos, incluso internacionales, que respalden estas acciones sin ningún genero de duda o fisura en nuestras instituciones. Esto no puede jamás ser óbice para apoyar a dos personajes tan despreciables, nefastos y destructivos para la nación, como lo son Sánchez o Marlaska. Personajes que incluso compadrean y comparten mariscadas con quienes hace apenas unos años asesinaban o daban soporte a quienes asesinaban a sus mismos compañeros de partido.
Es por todo esto que, no solo es lógico, sino que es necesario, y sobre todo es un claro mensaje del partido para el señor Vivas, la ausencia de la señora Ayuso el día de nuestra ciudad, ya que son, a todas luces y ahora más que nunca, personajes contrapuestos. Todo esto no hace sino dejar más claro que nunca que el señor Vivas, quien hizo una gran labor en otro tiempo, está en el mejor momento para ejercer una retirada honrosa, después de haber hecho mucho por Ceuta, y cuanto más tarde en aceptarlo y echarse a un lado, más cerca estará Ceuta de terminar con sus libertades y su calidad de vida, muy a su pesar.