La albufera de agua salada de mayor extensión, debido a sus especiales características siempre ha sido un destino turístico muy importante para los nuestros y para el resto del mundo.
Forma parte de la lista Ramsar (Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional) cuya misión es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.
Pues a pesar de ser un espacio protegido, el Mar Menor está herido de muerte desde hace tiempo debido a la pésima gestión de sus gobernantes. Durante los últimos veinte años no ha existido control alguno de los vertidos de nitratos a la laguna salada, resultando miles de toneladas al año. De hecho la Unión Europea ha iniciado una investigación de los últimos presidentes en la Región de Murcia y del PP por la destrucción del Mar Menor, Ramón Luis Valcárcel, Alberto Garre, Pedro Antonio Sánchez y Miras, actual jefe del Ejecutivo en la Región. Se pretenden depurar responsabilidades a los populares por la gestión de las ayudas europeas destinadas al Mar Menor.
Nuestro Mar, corre el riesgo de sufrir anoxia (falta de oxígeno) tal y como ya ocurrió en el pasado mes de octubre, donde centenares de peces buscaban la orilla, encontrando la muerte por ahogamiento. Esta imagen insólita y dolorosa parece que no causó efectos llamativos a nuestro presidente que permite la ampliación de hasta un 25% de vertidos, asegurando que no afectará a la laguna.
Esta paralización de la actividad económica, se ha traducido en una reducción de la contaminación a nivel global mientras que nuestro gran tesoro natural y único en el mundo no ha dejado de tener consecuencias desastrosas y posiblemente irreparables si no se producen cambios radicales e inmediatos. Por supuesto hay que añadir que el turismo que atrae cada año esta laguna salada, este año brillará por su ausencia, suponiendo un gran impacto negativo para la economía de nuestra Región.
Son muchos los años en los que el Mar Menor lleva agonizando mientras se entablan discusiones entre unos y otros tirándose los trastos y echándose las culpas. Para nosotros que hemos conocido este lugar en sus mejores años y hemos disfrutado de su baño en compañía de nuestros familiares, pensábamos que nuestros hijos y nietos también lo harían, creyendo que nuestra joya sería eterna que siempre estaría ahí para recibirnos otro verano más, nos damos cuenta que lo han dejado morir sin darle la importancia que tiene, siendo especial e irrepetible, de ahí viene lo de que nadie es profeta en su tierra y yo añado lo de que a nuestros políticos, les falta inteligencia emocional y que sin duda se lo han de mirar. Y que nuestro Mar Menor se ha perdido por la avaricia de unos cuantos.