Una ducha, ropa limpia y algo para comer, esta es la ayuda que cientos de jóvenes reciben por parte de Sabah, una empresaria ceutí que en momentos de crisis no duda en ayudar a los más necesitados, en este caso los migrantes que llegaron a Ceuta durante la crisis vivida durante la pasada semana y que, en la mayoría de los casos, viven en la calle
«Solidaridad en tiempos de crisis», así podría definirse la labor que realiza diariamente Sabah, una empresaria ceutí que no duda en ayudar a los más necesitados ante cualquier situación difícil. Por su casa, situada en la barriada de los Rosales, pasan diariamente cientos de jóvenes recién llegados a Ceuta, para poder ducharse, cambiarse de ropa y comer algo.
«Traemos 80 bollos de pan», nos dice una vecina que nos encontramos antes de entrar en el domicilio. Numerosos jóvenes hacen cola en su puerta, tan solo pasar por allí se puede apreciar la labor que realiza, junto a varios vecinos, que cocinan y reparten comida entre los chicos, que se encuentran en la calle.
Una vez dentro, las habitaciones parecen más un almacén de textil que las estancias de una casa. Cajas, ropa, zapatos y chavales andando de un lugar a otro, acompañados por los vecinos y familiares de esta empresaria que, junto a ella, además de alimentarlos y dejarles un lugar donde asearse, aconsejan a los migrantes, principalmente a los menores, a los que, tal y como ha contado a El Foro de Ceuta, anima a dirigirse hacia los centros que la ciudad ha habilitado para su acogida, explicándoles que no serán devueltos a Marruecos, el mayor miedo de muchos de los niños.
Un pueblo solidario
Los vecinos saben de la generosidad de la empresaria, que ha ocupado numerosas páginas en medios locales y nacionales, por realizar esta labor con los jóvenes que han llegado a Ceuta. Por ello, tanto empresas como vecinos, se acercan hasta su casa para donarle ropa y zapatos, o llevarle comida para los jóvenes.
«Han venido muchas familias cristianas», cuanta Sabah a este medio, insistiendo en la buena convivencia entre culturas, que tan dañada está en los últimos tiempos. Además de varias familias que se han acercado hasta allí, un empresario anónimo ha donado cajas enteras de chanclas. «Mira que de zapatillas», nos dice, mientras sonríe y señala el material.
Varias personas fueron acogidas en casa de Sabah durante la pandemia
La labor de esta mujer, a la que Podemos otorgó el ‘Premio Vivencias 2021‘, viene de lejos. Activista y empresaria, lleva años luchando por la igualdad entre sexos y culturas.
Durante la pandemia, además, Sabah acogió a varios jóvenes que se encontraban sin hogar en su propia casa. Fueron un total de 30 las personas que pasaron los tiempos más duros de la crisis sanitaria en la que puede ser la casa más conocida, por su solidaridad, de la barriada de los Rosales.