La Venerable Cofradía de la Flagelación celebró el XXV Aniversario de la bendición de su talla con una esplendorosa procesión por la ciudad de Melilla junto a una nutrida representación ceutí
Como colofón, después del quinario, la guardia de honor y otros actos religiosos que se han ido desarrollando durante toda la semana, Nuestro Padre Jesús de la Flagelación salió en la tarde del pasado sábado en procesión para conmemorar el XXV aniversario de la bendición de su talla.
Lo hizo desde la Iglesia del Sagrado Corazón portado a hombros por miembros de la Hermandad y bajo el manto cálido del cariño del pueblo de Melilla que acompañó a la imagen en su itinerario por el centro de la ciudad hasta llegar a su casa hermandad.
Los representantes de la Casa regional de Ceuta en Melilla con su presidente a la cabeza asistieron invitados por la Cofradía melillense junto a una nutrida y flamante representación ceutí, junto a representantes de la Cofradía de San Antonio del Monte Hacho y la representación de la Cofradía de los Remedios, ambas de Ceuta.
El profundo olor a incienso, mezclado con la emoción que desprendían cada una de las marchas que interpretaba la Agrupación Musical de la hermandad, transportó a fieles y curiosos a la Semana Santa a pesar de que no era el tiempo de pasión, de penitencia, ni de crucifixión. Pero, durante un instante, los melillenses volvieron a sentir un enérgico momento de gloria que elevó al cielo la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación hasta situarlo junto con las estrellas más brillantes que esa noche alumbraron de fervor al pueblo de Melilla.
Tras la recogida y encontrándose el titular en su Casa hermandad comenzaron los sones del himno nacional acompañado de grandes aplausos. Una vez finalizada la procesión fueron momentos de abrazos y agradecimientos por parte del hermano mayor y el capataz del trono, entre otros.