La Casa regional de Ceuta en Melilla, fiel a sus tradiciones, preparó un año más el ya tradicional «Día de la Mochila», aunque este año debido al COVID-19 fue muy diferente a los últimos años.
Un año más y cumpliendo con el cuadro de actividades para este último trimestre del año y fiel al fomento de las tradiciones ceutíes, la Casa Regional de Ceuta en Melilla preparó unas mochilas para los socios de la Casa con frutas de otoño y los frutos secos típicos de esta festividad ya que este año no se pudo hacer la comida hermandad de cada año pero la Junta Directiva no quería que una festividad tan «caballa» se pasara por alto, festejada en Melilla desde la creación de esta activa Casa en 1999.
Las mochilas han sido entregadas por el Presidente y el Vicepresidente a todos los asociados que pasaron a retirarla de una forma controlada por la sede de la Casa regional de Ceuta en la mañana del 1 de noviembre.
Las famosas talegas que se entregaron venían serigrafiadas con el escudo de la Casa regional de Ceuta en Melilla junto al de la Ciudad Autónoma de Ceuta y con la leyenda de la conocida canción popular: «mi mochila, no se la come el gallo, ni la gallina»… Su interior contenía: chirimoya, granada, mandarinas, plátanos, bolsita de higos secos, bolsita de dátiles, bolsita de castañas, bolsita de nueces, bolsita de almendras y bolsita de cacahuetes.
Esta tradición, que se celebra desde finales del siglo XIX, se mantiene de forma totalmente espontánea, sin que ni institución ni asociación alguna intervenga en ella.
Historia
“El Día de la Mochila consiste en que, ese día, jóvenes y mayores salen al campo a comer. En su talega o mochila no pueden faltar, aparte de los consabidos bocadillos, las frutas y los frutos secos, amén de los primeros dulces navideños que anuncian las próximas fiestas con las que concluirá el año”.
Hay quien la vincula a la llegada de Málaga en esos días de este último manjar, en las embarcaciones que se llevaban a los trabajadores de la Almadraba; otros dicen que se debe esta tradición tan asentada a que antiguamente los familiares que tenían que llevar flores a sus difuntos, pasaban el día en el campo debido a que el cementerio se encontraba a mucha distancia del núcleo urbano; incluso hay quien dice que tiene algo que ver con la célebre jornada de la Loma de las Mochilas de la Guerra de África, pero su potenciación se debe a los grupos de exploradores que hicieron de ella una fiesta en los albores del siglo XX. Los ceutíes se trasladan de la ciudad al campo, llevando bolsas de frutos secos propios de otoño”.
El presidente de la entidad ceutí, Ramón de la Cruz, asegura que niños, jóvenes y mayores de la Casa Regional de Ceuta en Melilla han retirado sus mochilas para ser degustadas este año en casa pero con la ilusión añadida de que el año que viene se pueda hacer como en los últimos años: en convivencia, hermandad y armonía.