Entre las personas que serán desalojadas mañana a primera hora se encuentran siete mujeres y dos menores de edad. También hay dependientes y personas con problemas graves de salud que denuncian que no se les ha ofrecido ninguna alternativa habitacional, ni a los migrantes ni a los ceutíes
La Ciudad Autónoma de Ceuta cerrará mañana definitivamente las naves del Tarajal. Un cierre que se había anunciado para el 31 de marzo y que finalmente se ha visto retrasado, pero sin alternativas reales para las personas que están siendo acogidas en este recurso. Desde las organizaciones que trabajan con estas personas en situación de calle, denuncian que con esta medida dejarán en la calle a 48 personas, de las cuales 7 son mujeres y 2 menores de edad.
Además, también apuntan que hay personas alojadas en estas naves que son dependientes y con problemas de de salud. Entre ellos, hay unas 10 personas naturales de Ceuta, a los que la Ciudad prometió un alojamiento alternativo que todavía no han recibido. Algunos de estos ceutíes han denunciado hoy que les han avisado que mañana desalojan y todavía no tienen alternativas. «No es normal lo que están haciendo con nosotros, nos dijeron que los de Ceuta no iríamos a la calle, y parece que sí vamos a ir a la calle«, lamentaban.
Las naves del Tarajal, que han sido adquiridas por la Ciudad para atender situaciones de emergencia, se habilitaron como alojamiento temporal tras la crisis de mayo y la llegada de miles de personas a Ceuta. Llegaron a ser acogidas más de 300 personas en este recurso y la vicepresidenta y consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mabel Deu, cifraba en 111 los migrantes el pasado 9 de febrero.
Desde febrero, con el anuncio de su cierre por parte de la Ciudad, han ido saliendo de manera escalonada, quedando actualmente 48 personas que no saben donde dormirán mañana. Deu ya explicó que las naves del Tarajal “no son un recurso habitacional, son unas naves que la Ciudad está en proceso de adquisición para tenerlas como espacio de emergencia, contingencia y también de almacén para diversas cuestiones que puedan ir sucediendo como han ocurrido en los dos últimos años, donde tuvimos que sacrificar pabellones deportivos para albergar a menores y migrantes por la pandemia”.
Desde diferentes organizaciones, entre ellas la Asociación Elin, han denunciado en varias ocasiones que esta situación “mantiene en constante incertidumbre a personas sin alternativas con respecto a su futuro” y exigen una alternativas habitacionales dignas que evite que estas personas queden en situación de calle.
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