El contrato de Urbaser para la gestión de la planta de transferencia de residuos en Ceuta, en funcionamiento desde 2010, ha generado recientemente debate y controversia debido a la falta de transparencia en la licitación de un nuevo contrato
Mientras que el Gobierno optó por un nuevo contrato en lugar de una concesión, la ausencia de la publicación del pliego de prescripciones técnicas y la posibilidad de que la adjudicación esté vinculada con otras inversiones ha suscitado dudas y preocupaciones.
Recientemente, la Consejería de Fomento, Empleo y Servicios Urbanos autorizó un contrato por un valor de 28.262.500 euros para la explotación de la planta de transferencia de residuos hacia la península, cubriendo el período de 2024 a 2028. Sin embargo, la falta de publicación del pliego de prescripciones técnicas para la licitación del nuevo contrato ha levantado interrogantes sobre la transparencia del proceso.
El Gobierno de Vivas anunció a finales de marzo una nueva licitación bajo la fórmula del «Contrato de Servicio», que permite un plazo máximo de cinco años, incluyendo prórrogas. Esta decisión llega después de que la gestión de los residuos sólidos urbanos en Ceuta estuviera en una ‘prórroga forzosa’ tras la expiración del contrato con Urbaser en 2020.
Urbaser ha estado a cargo de la planta y del tratamiento de los residuos desde 2010, inicialmente con un contrato por seis años y posibles prórrogas. Sin embargo, la incertidumbre sobre el nuevo contrato ha llevado a especulaciones sobre la posible vinculación de la adjudicación con otras inversiones, así como sobre la ubicación de la planta de tratamiento de residuos.
La falta de especificaciones en el pliego de prescripciones técnicas ha suscitado preocupaciones sobre la posible falta de competencia en el proceso de licitación, así como sobre la transparencia en la selección del adjudicatario. Además, se ha planteado la posibilidad de que la adjudicación se realice bajo la fórmula de una Unión Temporal de Empresas, lo que podría afectar aún más la competencia en el proceso de licitación.
El pliego de prescripciones técnicas, que establece las pautas técnicas y los requisitos mínimos para la prestación del servicio, es fundamental para garantizar la transparencia y la equidad en el proceso de licitación. Sin embargo, su ausencia ha generado preocupaciones sobre la posible falta de competencia y transparencia en el proceso.
Además, la gestión actual de la planta por parte de Urbaser ha enfrentado desafíos, incluidos problemas con el transporte de residuos y conflictos laborales que han resultado en impagos a la empresa encargada de la vigilancia del recinto. A pesar de estos desafíos, el nuevo contrato respaldado por el Gobierno de Vivas busca resolver las preocupaciones laborales, mejorar las instalaciones y garantizar la disponibilidad de un barco para el transporte de residuos a la Península.
En conclusión, el debate en torno al nuevo contrato de gestión de residuos en Ceuta ha puesto de relieve la importancia de la transparencia y la equidad en los procesos de licitación, así como la necesidad de garantizar una gestión eficiente y sostenible de los residuos en la ciudad.