A la par que el portavoz del Gobierno de la Ciudad ha evitado este viernes hacer una valoración sobre la exclusión de Ceuta y Melilla del calendario de visitas de la Casa Real, el periodista Ignacio Cembrero ha vuelto a insistir en que se trata de una decisión gubernamental tomada con la intención de no causar malestar en el país vecino
El portavoz del Consejo de Gobierno, Alberto Gaitán, ha evitado valorar la exclusión de Ceuta y Melilla de las visitas que Felipe de Borbón y su consorte Letizia Ortiz están realizando por toda la geografía española. Gaitán se ha limitado a responder a la insistencia de los periodistas asegurando que el Gobierno de la Ciudad nunca tuvo notificación de la visita ni, por tanto, de su cancelación.
Paralelamente, el periodista Ignacio Cembrero, que fue el primero en señalar a que la cancelación de la visita obedecía a una decisión del Gobierno del Estado, ha sido entrevistado en la televisión pública local donde se ha reafirmado en su tesis. «Alguien el Gobierno cayó en la cuenta que está visita podría tener consecuencias negativas sobre la relación con Marruecos» ha asegurado. Estas declaraciones del periodista son totalmente opuestas a las que ofreció la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno del Estado, María Jesús Montero, hace apenas tres días en las que aseguró que la visita de los reyes a Ceuta y Melilla nunca estuvo en la agenda.
Además, Cembrero ha declarado que en el Gobierno de España, en el actual y en los anteriores, «hay una especie de miedo cerval, a mí modo de ver totalmente injustificado, de cara a Marruecos porque se teme que Marruecos, ante decisiones o iniciativas de España que no le gusten, pueda tomar represalias«.
Por último, el periodista especializado en el Magreb, ha criticado también la inacción del Gobierno del Estado, pero también de las poblaciones de Ceuta y Melilla tras las decisiones unilaterales tomadas por Marruecos, como la de acabar con el «comercio atípico» en Ceuta o cerrar la aduana comercial con Melilla. «Ceuta y Melilla van, desde el punto de vista económico, camino del coma vegetativo, ya están muy cerca, y no veo que haya ningún tipo de reacción, por supuesto por parte del Gobierno de España, pero tampoco veo que haya mucha reacción por parte de la ciudadanía de Ceuta y Melilla. Le están cercenando su futuro y no veo que haya grandes reacciones«, ha afirmado Cembrero.
Si hay sociedades indolentes, apáticas, desidiosas sobre su presente y su futuro, esas sociedades son, ¡oh, casualidad!, las sociedades de Ceuta y de Melilla. Se sienten ajenas a lo que se cierne sobre ellas. Viven sin darse cuenta de que el barco empieza a hacer aguas. Lo dice Cembreros: no hay ninguna reacción en el tejido social de ambas sociedades suceda lo que suceda. En Melilla, les cierra Marruecos unilateralmente la frontera comercial en octubre de 2018, frontera que tenía una vigencia de siglo y medio, y nadie mueve un músculo: ni el Gobierno, ni la Delegación de Gobierno de Melilla, ni el alcalde, ni la sociedad civil, ¡fantástico! Esa figura se llama indolencia pura y dura. Y si hacemos referencia a Ceuta es para echarse a llorar. Al alcalde Vivas lo único que parece preocuparle es presentarse como el campeón de la convivencia entre las cuatro culturas ceutíes. Pero una de esas culturas, la musulmana, está empeñada en que Vivas aparezca como el campeón de la crispación de la convivencia.
Respecto de Ceuta, se nos ha hecho creer que es un crisol de culturas, asi lo proclama el alcalde Vivas, pero ese crisol cada vez está más agrietado, la llamada «multiculturalidad» no le está sentando nada bien. Parece que la comunidad musulmana está dispuesta a romper la baraja con su empeño de celebrar la fiesta del Sacrificio en la calle, en carpas, y en las casas. Según la normativa europea a este respecto de hace ya unos cuantos años se prohibe las matanzas de animales por el rito religioso en lugares que no sean los mataderos, lo dijo Rebeca Benarroch, y la comunidad musulmana sigue en sus trece. Esto es fruto de lo que nos ha traído las sociedades multiculturales, multirreligiosas, multirraciales y multiétnicas. Estas sociedades se han convertido en un laberinto en donde encontrar una salidad airosa se hace la mar de difícil, siempre hay alguien lamentándose y sientiéndose agredido y lastimado en sus convicciones. Acaso esa desidia e indolencia que caracterizan a los tejidos sociales ceutí y melillense sea debido a que perdieron por el camino la identidad histórica que caracterizaba a cada una de ellas y se convirtieron en sociedades heterogéneas, multiculturales, en las que llegar a un acuerdo se hace problemático.
Mientras tanto, nuestro vecino apretando cada vez más el dogal. Si no se le planta cara a Marruecos, llegará a asfixiarnos. Dice Cembreros que el Gobierno español no quiere problemas con Marruecos por temor a que nos inunde de pateras de ilegales y al terrorismo ‘made in Morocco’. Tal vez, España no tenga el predicamento que tiene Marruecos en los Foros internacionales (recuérdese el asunto Calviño), ni los diplomáticos que tiene Marruecos para defender la causa de ambas ciudades africanas. España se ha convertido en un pais menor en manos de individuos sectarios social-comunistas a los que el país les importa un mierda, tan solo están preocupados por sus ideas sectarias y demagógicas. ¿Cómo es posible que en individuos como este par descanse el prestigio y el futuro de España? ¿Cómo poder dormir por las noches?
Silvio, tienes toda la razón. España tiene que ponerse en su sitio plantar cara. Miedo de qué. Ya está bien de seguir amenazando y acojonando a este viejo país. Ninguna nación de nuestro entorno permitiría este chantaje permanente e in crescendo. ¿Qué miedo cerval es ése que impide que el.jefe del estado se desplace libremente por cualquier rincón de España? Seguir arrugándose ante este y otros asuntos de nuestros perfiles culturales tradicionales es una rendición cobarde y traicionera. Francia, Portugal, El Reino Unido, Alemania, no lo permitiría. Y, por supuesto, Marruecos tampoco.