El Gobierno de la Ciudad sigue sin pronunciarse respecto a su decisión final sobre el Eid al-Adha aún cuando quedan 16 días para su celebración. De hecho, según denuncia Mohamed Ali, el Pleno que queda pendiente para debatir el asunto, y que se celebrará a instancias de la oposición no tendrá lugar hasta el próximo 21 de julio, diez días antes de la Pascua
La celebración de la Pascua del Sacrificio o Edi al-Adha sigue trayendo cola. Después de las declaraciones del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, durante el fin de semana, y de la posterior respuesta de la Plataforma de la Comunidad Musulamana,el coordinador general de Caballas, Mohamed Ali, ha denunciado que la Ciudad pretende posponer la celebración del Pleno para debatir si se permitirán o no sacrificios animales durante el Eid y, en caso de permitirse, en qué condiciones sería, hasta el próximo 21 de julio, momento en el que solo quedarán 10 días para que se celebre la Pascua del Sacrificio.
Ali se pregunta «¿a qué juega?» el Gobierno de la Ciudad manteniendo el «mutismo» sobre el asunto y cuál es la razón que hay tras el retraso de la fecha de un Pleno que se celebrará a petición expresa de la oposición.
Pese a que la Ciudad inicialmente prohibió cualquier tipo de sacrificio para la celebración de la Pascua, tras el anterior Pleno del 1 de julio, en el que el consejero de Sanidad, Javier Guerrero compareció de forma «voluntaria» para dar las explicaciones pertinentes sobre dicha decisión, el Ejecutivo local cambió de postura y dejó entreabierta la posibilidad de permitir sacrificios en el matadero municipal y establecer protocolos sanitarios para ello. Aún así, si el Gobierno pretende permitir los sacrificios en el matadero –el MDyC piensa reclamar en el mencionado Pleno que los permita también en hogares-, lo cierto es que catorce días después de anunciarlo, todavía se desconoce cómo se haría y qué medidas se tomarían para garantizar la seguridad sanitaria.
Igualmente, queda en el aire la cuestión de importar miles de cabezas de ganado en lo que es una relación que es inversamente proporcional: cuanto menos tiempo quede, más rápido habrá que desplazar hasta la ciudad a los ejemplares, con lo que mayor será el efecto «embudo» y, por consiguiente, el riesgo sanitario. Los propios informes técnico «desfavorables» ya señalaban la importación de ganado como uno de los puntos conflictivos y a tener en cuenta.