Desde la Ciudad han querido recordar que «Ceuta y Melilla son España en lo más profundo de su ser» y que no hay fundamento alguno en las declaraciones del Primer Ministro de Marruecos. Además, el Gobierno Local muestra su apoyo al de la Nación en todas las actuaciones que lleve a cabo para defender la integridad territorial de Ceuta
Desde el Gobierno de la Ciudad, en relación a las declaraciones recientemente efectuadas por el Primer Ministro de Marruecos, Saadeddine El Othmani, en las que afirmaba que, al igual que el Sáhara, las ciudades de Ceuta y Melilla son marroquíes, han querido poner de manifiesto que tales declaraciones «carecen de todo fundamento» y «merecen el más absoluto rechazo» y han recordado que «Ceuta y Melilla son España en lo más profundo de su ser; lo son en base a inapelables argumentos históricos, jurídicos y políticos y lo son porque así lo quieren ceutíes y melillenses».
En cuanto a la reacción del Gobierno de la Nación, han querido desde el Gobierno Local, dejar clara su postura de apoyo y respaldo, «como siempre ha hecho», a cuantas actuaciones éste lleve a cabo «para defender, con la debida firmeza, nuestra soberanía e integridad territorial. En todo caso, una obligación inexcusable que debe ser causa de todos», han anunciado.
Sobre la reacción del Gobierno Central, cabe destacar, de momento, que la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, convocó ayer de urgencia a la embajadora de Marruecos en España a quien trasladó que «espera de todos sus socios respeto a la soberanía e integridad territorial de nuestro país» y pidió aclaraciones sobre las declaraciones citadas.
Ja, ja, ja. ¿Alguien cree que se puede circular por el siglo XXI con argumentos tales como: «(…) que tales declaraciones «carecen de fundamento». Y han recordado que «Ceuta y Melilla son España en lo más profundo de su ser; lo son en base a inapelables argumentos históricos, jurídicos y políticos y lo son porque así lo quieren ceutíes y melillenses». También había argumentos de todo tipo para que el Sahara no cayera en manos marroquíes, y a pesar del dictamen del Tribunal de La Haya (que Hassan II se lo pasó por la entrepierna) Marruecos se apoderó del Territorio. Los diplomáticos marroquíes –excelentes por cierto–, con su Rey de turno como apoyo, se mueven como pez en el agua por los Foros internacionales para conseguir lo que les plazca. Y, además, ahora cuentan como el apoyo explícito de EE.UU. Esos argumentos históricos, jurídicos y políticos son papel mojado para Marruecos. En cuanto los políticos marroquíes digan en esos Foros que el 50 % de la población de Ceuta y de Melilla es de origen magrebí-marroquí-musulmán, cuyo idioma es el mismo que el de los marroquíes, así como costumbres, religión, folclore y vestimentas se acabaron los argumentos históricos, jurídicos y políticos. Y Ceuta y Melilla caerán en la ‘buchaca’ del Sultán de turno. A propósito de argumentos históricos: ¿No fue el mismo alcalde Vivas, que gobierna esta Ciudad, el que se negó a celebrar, recordar, conmemorar, como se quiera, el VI Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses, debido a que las fuerzas vivas ceutíes de origen marroquí se opusieron a ellos, alegando que la conquista fue una masacre, un genocidio, y que el tal alcalde Vivas se plegó a los deseos de tales fuerzas socio-políticas de origen marroquí, y se fue a Portugal a celebrar el citado VI Centenario de la conquista de Ceuta por el rey Joao I? Pues de aquellos polvos, estos lodos. ¿Quién va a creer ahora al alcalde Vivas y a sus acólitos? Menos palabrería y más hechos. Como ejemplo de un hacer contrario a lo que se ha hecho con Ceuta y Melilla, tenemos ahí enfrente a GIBRALTAR. No se ha permitido que ningún individuo de nacionalidad española se instale en la Roca y adquiera la nacionalidad británica y procree generaciones tras generaciones de especímenes que con el tiempo alcance al total de la población autóctona. Lo que ha sucedido en Ceuta y Melilla ha sido un auténtico Reemplazo de la población de origen europeo y cristiano por otra población de origen marroqui y de religión musulmana. Eso sí que ha sido un ‘genocidio silencioso’ de una población. Se han convertido a ambas ciudades en bastiones y puntas de lanza del islam en la cristiandad, cuando desde 1415 fue lo contrario. Los politicos españoles son morralla, antipatriotas, gentes sin agallas, para poner los cojones encima de la mesa y pagarle a Marruecos con la misma moneda. Y han hecho todo lo contrario, dejar que se vayan instalando marroquíes en estas ciudades y, no solo eso, sino que se permite que vengan a parir a nuestros hospitales e inscriban a los neonatos en los Registros ceutí y melillense, y, que andando el tiempo, los descendientes de ese neonato podrán aspirar a la nacionalidad española y asentarse en ambas ciudades, uniéndose a la ya existente Quinta Columna marroquí. Como corolario de todo esto se diría que ‘toda realidad ignorada prepara su venganza’.
Hace unas 9 horas les envié un comentario a esta noticia, ¿qué ha pasado? No lo habéis publicado. ¿Volvemos a las andadas? Tal vez a no pocos ceutíes les gustaría leer mi comentario, y otros muchos acaso se les encedería la bombilla de que aunque se oculte la realidad, ésta, la realidad, sigue ahí. Me gustaría ver publicado mi comentario antes de que la noticia pierda actualidad. Las ideas están para ser discuitidas, no para ser censuradas. (once de la noche del día 22 de diciembre).
¿Qué es esto? ¿Una broma? Sois diligentes para publicar mi queja y no publicáis el comentario que envié hace más de 9 horas. ¿Qué es esto? ¿Una censura? La noticia es lo suficientemente grave para Ceuta como para censurar, para no publicar, los comentarios de los ceutíes, que son a los que nos podría afectar, y, sin embargo, un solo ciudadano os ha enviado un comentario, y no breve, y parece que estáis jugando al escondite. Menos broma, que Ceuta y Melilla tienen el futuro tan negro que no es de recibo ocultar, censurar, la opinión del único ceutí que se ha decidido a opinar. Yo no he inventado la realidad, está ahí fuera, me limito a describirla. Si no os gusta mi comentario lo acepto, pero de ahí a censurarlo hay un gran trecho. Publicadlo y quienes no estén de acuerdo con él que lo discutan, pero censurarlo es ir contra las libertades de opinión.