Plena inclusión lanza en redes sociales una campaña de sensibilización que demuestra las ventajas de la entrada de personas con discapacidad en el mundo laboral. El 65% de las personas con discapacidad intelectual están desempleadas
El 1º de mayo suele ser una jornada de celebración y de reivindicación. En el caso de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias, este día viene a recordar que la inclusión laboral es una asignatura pendiente.
Por ello, desde Plena inclusión se ha lanzado en redes sociales la campaña ‘Acelera la inclusión’. Con esta acción sensibilizadora se pretenden mostrar los beneficios que genera contratar a una persona con discapacidad intelectual.
Esta campaña se ilustra con dos ejemplos positivos de empresas que han optado por incluir en su plantilla a personas con discapacidad intelectual. Mario y Patricia, apoyados por Fundación Personas, de Plena inclusión Castilla y León, trabajan en Telepizza y gracias a su empleo han encontrado la manera de ser más autónomos. Otro vídeo de la campaña narra la experiencia de Vlad, un joven respaldado por Down Toledo de Plena inclusión Castilla-La Mancha que ha demostrado a los responsables de la empresa donde cada mañana acude a trabajar que es una persona competente, responsable y que genera, de modo espontáneo, un buen ambiente a su alrededor.
Encontrar un empleo es la puerta a una vida independiente. Esta es la justa aspiración de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo que apoya Plena inclusión, una confederación que agrupa a 935 asociaciones de todo el país. Está demostrado que acceder al ámbito laboral es uno de los factores que más facilitan la plena inclusión.
Peor con la pandemia
De acuerdo con estimaciones recientes, el 65% de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (síndrome de Down, autismo o parálisis cerebral) se hallan en situación de desempleo.
Este dato, siendo muy malo, todavía empeora aún más durante la pandemia. A lo largo de 2020, según las cifras facilitadas por el SEPE, el número de contratos a personas con discapacidad se redujo cerca de un 30%.
Esta realidad todavía es más dura en el caso de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Ellas ocupan las tasas más bajas de actividad y empleo si se las comparan con las que presentan el resto de las discapacidades. En el apartado del emprendimiento los números no arrojan una visión más optimista.
El último ‘Análisis sobre Empleo y Discapacidad Intelectual’, realizado y publicado por AEDIS en diciembre de 2020, asegura que solo un 10’4% de la población activa con discapacidad son trabajadores y trabajadoras por cuenta propia.