Mónica Lopes, investigadora del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra; Barbara Barbieri, profesora de la Universidad de Cagliari y María Bustelo, Coordinadora de SUPERA e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid han sido las encargadas de presentar el proyecto Europeo Horizonte 2020 SUPERA (Supporting the Promotion of Equality in Research and Academiacon), que tiene como objetivo estudiar el impacto de la crisis sanitaria en la cuestión de género y en la investigación académica.
La realidad de desigualdad entre hombres y mujeres que ha evidenciado el confinamiento muestra el desequilibrio en diferentes aspectos tales como la conciliación de la vida familiar y laboral, la corresponsabilidad, el impacto psicológico de la pandemia, los usos del tiempo doméstico y de estudio académico o su producción académica. El proyecto SUPERA ha estudiado todas estas variables que, como explica su coordinadora María Bustelo, están medidas a través de una encuesta dirigida a todo el Personal Docente e Investigador de la UCM: 6.179 personas (52,14% hombres y 47,86% mujeres) pero únicamente 1531 respuestas válidas (24,78%), la mayoría de ellas mujeres.
El estudio concluye diciendo que: “en general las mujeres han tenido experiencias mucho más difíciles que sus compañeros varones durante el confinamiento”, dado que encuentran peores condiciones en el entorno de teletrabajo y un aumento de las labores domésticas y académicas.
Bustelo explica la primera hipótesis confirmada por el estudio y es que, en mayor medida, las mujeres encuestadas carecían de un equipo electrónico y una habitación propia apta para desarrollar el trabajo. Además, según los datos los niveles de preocupación, ansiedad, tristeza, estrés o pérdida del control durante el confinamiento eran mayor en mujeres que en hombres.
Para entender mejor ese impacto, la profesora de la Universidad Cagliari, Barbara Barbieri, expone la importancia de la dimensión psicológica en la productividad de la investigación. Un mayor nivel de estrés o de tristeza provoca desgaste físico y mental que dificulta la actividad académica.
Otro factor importante que indudablemente limita el desarrollo del conocimiento en el campo académico es el cuidado de las criaturas. Según las encuestas, durante el confinamiento el cuidado de hijos e hijas ha sido la actividad a la que más tiempo han dedicado las mujeres. El gráfico muestra que los hombres lo han hecho en bastante menor medida que ellas. De acuerdo a la investigación de Mónica Lopes, investigadora del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra, los hombres y las mujeres que no tienen menores a su cargo han incrementado la producción de trabajos durante el confinamiento mientras que ha ocurrido lo contrario en madres jóvenes.
Por todo ello, la investigación ha querido destacar el bajo número de publicaciones realizadas por mujeres en comparación a la de los hombres que ya existían antes de la pandemia. Ahora, a todas esas dificultades se suman las generadas por la crisis sanitaria que lo único que ha hecho es agravar la situación.
El coronavirus ha afectado de forma negativa a la investigación, ya que ha reducido el tiempo disponible para el estudio científico de las mujeres. Sin embargo, de acuerdo con el profesor de la Universidad de Cataluña, Jorg Müller: «La situación pandémica ha creado el escenario perfecto para repensar el modelo de cultura académica que se va a llevar a cabo en los próximos años». Müller reprocha la existencia de una cultura académica competitiva y cree que es el momento perfecto para generar una respuesta colectiva ante eso.