Lejos queda aquel 24 de diciembre de 2019, el último de la antigua normalidad. Aunque parte de la sociedad caballa se ha echado a la calle para disfrutar como siempre de la previa de la cena de Nochebuena con la novedad de portar el Pasaporte COVID en el bolsillo
De lo primero que aprenden aquellas personas que llegan por primera vez nuestra ciudad es cómo celebra Ceuta la tradicional Tardebuena, una previa a la cena de Nochebuena con ubicación en la Plaza Teniente Ruiz. Si tiramos de hemeroteca, nos encontramos con imágenes con un sitio emblemático de la ciudad para el ocio nocturno donde en días como hoy, pero antes de la pandemia, no cabía ni un alfiler.
Sin embargo, el coronavirus no da tregua en las últimas semanas. Las lluvias tampoco cesan. Pero ninguno de los dos ingredientes han conseguido emborronar la estampa de Ceuta en el 24 de diciembre. Bien es cierto que no estamos hablando del mismo volumen de gente que hace un par de años, y mejor así, por el momento.
Muchos y muchas ceutíes han preferido quedarse en casa ante el aumento de los contagios, y el tiempo les ha ayudado a mantenerse firmes en su decisión. Quienes han decidido salir, lo han vuelto a hacer con la mascarilla, con la particularidad de que de nuevo es obligatoria y, con el Pasaporte COVID en el bolsillo para aquellos que no pueden permitirse un movil con la batería infinita.
Esta noche, las reuniones familiares navideñas vuelven a verse reducidas y es que, por un lado, nos encontramos a familias que van a juntarse los menos posibles para celebrar la Nochebuena. Otras familias han visto en los últimos días cómo nuevos casos positivos o contactos estrechos de los mismos han acabado reduciendo los comensales.
El restaurante D’Armando, próximo a la Plaza Teniente Ruiz, se ha encontrado durante la jornada con bastantes huecos libres entre sus mesas que hacían respirar a quienes habían acudido a comer pudiendo reunirse sin aglomeraciones, algo que agradece la plantilla de trabajadores y trabajadoras, que comprenden la situación. En el mismo establecimiento pero situado en el Poblado Marinero, que sí recoge reservas, reconoce que en los últimos días se les ha caído alguna que otra numerosa mesa a causa del miedo al contagio, algo que está afectando a los hosteleros, aunque coinciden que lo primero es la salud y que vendrán tiempos mejores.