Las críticas no se han hecho esperar tras la publicación de Feijóo en la red social X sobre los resultados electorales en Francia.
El tuit de Alberto Núñez Feijóo, tras los resultados electorales en Francia, en el que destaca al país Galo como un motor democrático de la Unión Europea y aboga por la unidad del centro político para evitar que los extremistas dirijan el futuro del continente, resulta altamente contradictorio cuando se analiza su conducta y alianzas en el ámbito nacional.
Feijóo, líder del Partido Popular (PP), demanda la necesidad de moderación y unidad política en Europa, al tiempo que critica la influencia de los extremistas. Sin embargo, sus acciones en España demuestran una desconcertante falta de coherencia. El PP ha establecido pactos con VOX, un partido de ultraderecha al que conocemos por sus posiciones fascistas y reaccionarias, para mantener el control de diversos gobiernos autonómicos tras los pactos después de las municipales y autonómicas de mayo de 2023. Este apoyo a VOX no solo pone en entredicho la integridad y coherencia de Feijóo, sino que también cuestiona su verdadero compromiso con los valores democráticos y moderados que predica.
Además, Feijóo ha adoptado retóricas nacionalistas y populistas, similares a las de VOX, criticando duramente la inmigración y proponiendo medidas drásticas como el uso de barcos de guerra para detener la inmigración ilegal desde África. Estas propuestas, lejos de fomentar la moderación y la unidad, avivan el miedo y el rechazo, alineándose peligrosamente con la retórica de la extrema derecha. Ha intoxicado con falsas informaciones sobre que el Gobierno inunda “nuestros barrios y nuestras calles de inmigrantes ilegales que los trasladan desde Canarias en aviones por las noches”
Y ya comprando las paranoias peligrosas de Abascal, pide que los barcos de guerra españoles vayan a las orillas africanas para detener las salidas de cayucos hacia las costas españolas.Toda una lección de geoestrategia y de política internacional que asustaría al propio Churchill.
A nivel europeo, Feijóo intenta distanciarse de los líderes de extrema derecha al subrayar supuestas diferencias entre figuras como Giorgia Meloni en Italia y Santiago Abascal en España. Sin embargo, al elogiar a Meloni y sus políticas, Feijóo se contradice nuevamente, ya que Meloni representa precisamente el tipo de extremismo que él dice querer evitar. Feijóo ha justificado su postura diciendo que, de la misma manera que Emiliano García-Page no es completamente representativo del Partido Socialista por sus declaraciones y acciones, Meloni no se puede equiparar a otras formaciones de extrema derecha.
En una entrevista en Onda Cero, Feijóo reiteró que el Partido Popular no debería formar alianzas con la extrema derecha en Europa, una afirmación que resuena hipócrita considerando que el PP gobierna en cinco comunidades autónomas gracias a acuerdos con VOX. A pesar de esta aparente contradicción, Feijóo defendió su gestión en esos gobiernos.La agenda ultra de VOX en esos territorios fue mimetizada bajo las “frutas” de Ayuso, la líder con la que sueñan muchos votantes de ambas formaciones para ocupar la Moncloa.
El post de X sobre lo ocurrido la pasada jornada electoral en Francia y la moderación europea parece más un intento de Feijóo por posicionarse como un líder centrado y moderado en el escenario internacional. No resulta creíble ni siquiera para Von Der Leyen, que nunca ha comprado los postulados esquizofrénicos que los populares españoles han llevado a Europa para ir en contra de las políticas del Gobierno de Sánchez.
Sin embargo, en el contexto español, su estrategia de alianzas con VOX y su discurso populista y nacionalista trasnochado demuestran lo contrario. Este doble discurso podría estar diseñado para navegar el complejo panorama político español, donde la derecha y la extrema derecha tienen una base de apoyo significativa, pero también está enfrentado a críticas de incoherencia y oportunismo político.
Dentro de su propio partido, Feijóo aguanta presiones de figuras que defienden posturas más radicales, exigiendo una línea dura contra el actual gobierno de coalición. Este ambiente interno tenso complica la implementación de una estrategia coherente y moderada. Pactar con VOX obliga al PP a adoptar algunas de sus políticas, lo que puede alienar a votantes más moderados y crear un equilibrio precario susceptible de desestabilizarse con cualquier cambio significativo en la política nacional o europea.
En el contexto internacional, otros países europeos, como el Reino Unido con el Brexit y Francia con el ascenso de Marine Le Pen, lidian con las consecuencias del populismo y el nacionalismo. La gestión de Macron en Francia, tras el varapalo de las europeas, ha conseguido la unidad del centro político y la izquierda contra la extrema derecha señalando la importancia de una postura unificada y coherente para enfrentar estos desafíos. Sin embargo, Feijóo parece predicar una cosa y practicar otra.
La hipocresía de Feijóo pone de relieve las tensiones y contradicciones en su nula estrategia política y de comunicación. Mientras promueve la moderación y la unidad en Europa, sus portavoces en España, van por libre. La mayoría sugieren una disposición a aliarse con la extrema derecha para intentar llegar al poder. Si no logran su objetivo, blasfemarán contra la democracia y todo será ilegítimo. Esta dualidad no solo socava la credibilidad de Feijóo, sino que plantea serios interrogantes sobre su capacidad para liderar con coherencia y principios tanto en el ámbito nacional como en el europeo.
Cuál es el PP de Feijóo? Hoy firmo para renovar el CGPJ y a la vez digo que el Tribunal Constitucional está colonizado por los jueces de Sánchez. Ahora que siguen controlando la sala segunda del Supremo por la puerta de atrás, para los populares, el Tribunal Constitucional actúa como sala de casación. “Tengo unos jueces pero si no me gustan tengo otros” Ni el propio Groucho imaginaba que sus chistes podrían servir de motivación al PP español.
Mientras Feijóo tuitea lo que no cree, los partidos de la izquierda, más allá del PSOE, deberían tomar nota. La ruptura hace que el discurso lo gane el odio. Feijóo y sus barones se sienten cómodos en la ruptura, y solo queda esperar cuándo desde la Puerta del Sol se conspirará para derribar a Feijóo, que hasta ahora sigue sobreviviendo políticamente en una situación que incomoda a los verdaderos centristas y moderados que hay dentro del PP.