Aún son desconocidas muchas de las labores ejercidas por estas profesionales. Creo que tendrían un gran impacto en el ámbito escolar para prevenir y promocionar la salud, así que llevo tiempo investigando por mi cuenta para conseguir más información y documentación sobre este tema, el cual merece una atención especial.
Esta figura es muy importante y vitalmente necesaria para que nuestros hijos, sus familias y toda la comunidad puedan desarrollarse completamente en su bienestar. El ambiente escolar es el lugar idóneo para comenzar a trabajar, para educar y promocionar hábitos saludables en nuestros jóvenes transmitiendo conocimientos, creando habilidades y valores sociales, siendo una estrategia rentable y eficaz a la vez.
Estas prácticas, aparte de prevenir conductas de riesgo, pueden mejorar la salud de la familia escolar, además de disminuir el absentismo escolar con las diversas faltas de asistencia por asistir a los centros de salud para realizarse pruebas, controles y seguimientos. Con más frecuencia hay jóvenes que padecen enfermedades crónicas, por ello es fundamental que esta figura esté integrada en el ámbito escolar.
Un 16% de los 46.5 millones de personas existentes en nuestro país, tienen menos de 16 años, de ellos un 15% tiene algún problema de salud crónico, como el asma o dificultades respiratorias, trastornos de conducta o diabetes. Estos profesionales sanitarios, con su formación integral, se encuentran entre los mejores y más preparados de Europa, por lo que contar con ellos en cualquier centro de enseñanza es fundamental, que aseguraría una atención inmediata al menor. No debemos olvidar que los problemas de salud que puedan darse en un centro escolar durante la jornada, el personal del centro no puede jamás cubrir su puesto, por no disponer de la formación adecuada para poder actuar ante cualquier emergencia médica. Se trata de personas cualificadas y muy necesarias capaces de abordar cualquier escenario por complicado que sea.
Por los tanto la administración local tiene una obligación moral y legal de asegurar que todos los estudiantes, sin importar raza, posición económica o social, dispongan de un profesional de la salud en sus centros de enseñanza. Todos los jóvenes que padecen enfermedades y discapacidades crónicas deben ser integrados y atendidos en sus necesidades, por lo que deberían contar con una serie de cuidados y atenciones en la escuela. Son profesionales de Atención Primaria que acuden a colegios e institutos de forma puntual, relegando a una enseñanza ocasional, episódica, marginal y de escasa relevancia, no estando enmarcada en un plan de formación, al igual que ocurre en muchos otros países de la Unión Europea, debiendo estar integrada en las aulas, garantizando la planificación, puesta en marcha, supervisión y evaluación, para programas de salud escolar. Y solo de pasada haré mención de lo que ocurre a diario cuando un menor sufre por ejemplo una quemadura, pues pasan por Conserjería y es atendido allí bajo la supervisión de un conserje que le aplica cualquier pomada a su criterio, pudiendo provocar un daño al menor.