La limitación de plazas debido al reducido número de profesores obliga a que algunos alumnos que han superado el acceso a la enseñanza profesional no puedan acceder a esta formación. La familia de otra estudiante de violín lamenta que no se explique correctamente la normativa del centro
La cada vez mayor demanda de estudios superiores de Música en el Conservatorio Profesional de Ceuta choca con la carencia de profesorado, lo que deriva en que, casi la mitad de las solicitudes cada año, no puedan optar a matricularse. Ejemplo de ello es que, el pasado curso, únicamente 55 de las 90 preinscripciones pudieron formalizar su matrícula en el Conservatorio.
Esta carencia también se extrapola a la enseñanza profesional, segunda de las tres etapas formativas que ofrece el Conservatorio Profesional de Música. Una prueba de aptitud acredita a los aspirantes a inscribirse en esta nueva fase, aunque, también debido a la escasez de profesorado, hay candidatos que incluso aprobados quedan fuera de esta enseñanza, dado el reducido número de plazas, según ha explicado el director del Conservatorio, Germán Bonitch. «A pesar de estar aprobados no pueden entrar en la enseñanza profesional porque no hay suficientes plazas y tienen que esperar hasta el año que viene para intentar su ingreso. No quedan en lista de espera, sino que tienen que volver a examinarse otra vez». Este año, han sido cinco los alumnos que se encuentran en esta situación: tres de piano, uno de clarinete y otro de violín.
Un examen al que acceden, indistintamente, tanto nuevos aspirantes como aquellos alumnos que han finalizado su formación en enseñanza elemental. «No podemos hacer discriminación en este sentido. Cuando un alumno ha terminado la fase elemental es como si ya no dependiera del Conservatorio y no puede pasar a Profesional como si fuera un curso más, tiene que hacerlo a través de un examen».
Bonitch asegura que los docentes del Conservatorio tienen una mayor carga lectiva en la enseñanza profesional, la cual tienen, además, que compaginar con las enseñanzas elemental y superior, por lo que, según un informe que presentó hace un tiempo a la Ciudad, serían necesarios cuatro profesores más para, al menos, cubrir la creciente demanda que esta formación está experimentando en Ceuta. «Ello daría cabida al 90% del alumnado que quiere acceder al Conservatorio», estima su director.
De momento para este curso el Conservatorio dispone del siguiente profesorado en las distintas especialidades: Violín (2); Piano (6) y Clarinete (1).
Sueños frustrados de pequeños estudiantes
La escasez de plazas en la enseñanza profesional y la normativa para su acceso ha frustrado, por el momento, los sueños de una pequeña estudiante de violín de 12 años que, tras finalizar su formación en enseñanza elemental, optaba, a través de una prueba consistente en cuatro aptitudes, a este segundo nivel. Sin embargo, al suspender una de dichas aptitudes, se ha quedado sin opciones de acceder a esta formación para la que, además, no hay examen de recuperación en septiembre, según la normativa. «Nos parece injusto que ni siquiera adviertan de ello, porque a los padres no nos han dicho nada de que no hay pruebas en septiembre«. Sin embargo, preguntado a tal respecto, Bonitch señala que «todo se ha explicado en unos carteles colgados en el Conservatorio».
Además, en el caso de esta joven estudiante de violín se produjo un error cuando le remitieron un correo electrónico indicándole que estaba aprobada y, días más tarde, volvió a recibir un nuevo mail asegurando que no había superado un de las pruebas y, por tanto, se esfumaba su opción de ingresar en enseñanza profesional. Según ha aclarado el director, se trató de «un fallo de la persona que envió el correo porque, aunque al hacer la media de todas las pruebas, daba aprobado, mientras que haya una parte suspendida, no se puede dar por válida. Por eso remitimos un segundo mail para pedir disculpas y aclararlo». Para la familia, sin embargo, esta segunda nota «no tenía ni un mínimo de empatía y estaba escrito con mucha frialdad. Nuestra hija no para de llorar desde que le dieron esta mala noticia».
La familia de la pequeña solo pide que «expliquen todo con mayor claridad para evitar darle estos disgustos a los niños» y confían en que el próximo año pueda acceder a la enseñanza profesional, aunque según ha señalado Bonitch, todavía hay una oportunidad para la alumna. «Se puede hacer una reestructuración en septiembre si quedara alguna plaza y entonces podría entrar».