Desde CCOO queremos trasladar el malestar generalizado entre el personal estatutario del INGESA en Ceuta, y manifestar nuestro total desacuerdo con la decisión de la Dirección del INGESA en Madrid de no aprobar el día adicional para sanitarios y trabajadores del Área Sanitaria de Ceuta, día que sí disfrutarán los funcionarios de la Dirección Territorial y aquellos que desarrollan su labor a nivel central en la capital del Estado. La Directora alega que ese día no nos corresponde, porque la Resolución de 28 de febrero de 2019 de la Secretaría de Estado de Función Pública excluye expresamente de su ámbito de aplicación al personal destinado en instituciones sanitarias, hecho que es cierto. Pero también lo es que, la única razón por la que no nos es de aplicación es únicamente por voluntad unilateral del propio INGESA, porque desde hace años no se sienta a negociar en el ámbito estatutario un asunto en el que el consenso entre las representaciones sindicales es unánime: el régimen de jornada, vacaciones y descansos. De hecho, estatutarios de otras CCAA y de otros Servicios de Salud disfrutan de estos días adicionales porque la Administración correspondiente sí se ha sentado a negociar con los representantes de los trabajadores y se ha llegado a pactos consensuados al respecto.
Los estatutarios del INGESA sí hemos disfrutado de estos días adicionales concedidos por la AGE en otras ocasiones, por lo que hay precedentes administrativos al respecto; aunque en honor a la verdad, este reconocimiento siempre se ha dado con una directiva de color político distinto al actual. Parece lamentable que, precisamente estando el Ejecutivo en manos de partidos políticos que dicen defender los derechos de los trabajadores, estas buenas intenciones queden en papel mojado en lo que a los estatutarios del INGESA se refiere, a pesar de depender directamente del ministerio de Sanidad, y por tanto del Gobierno Central. En cambio, la otra cara de la monera la podemos ver en el SAS, sistema de salud en el que se concede este año, no uno, sino dos días adicionales a sus trabajadores estatutarios por los festivos no recuperables.
Desde luego sale muy poco rentable ser estatutario y pertenecer a la Administración General del Estado (y directamente del Ministerio de Sanidad). Somos un Servicio de Salud y además AGE para todo lo que signifique cargas y deberes, pero no para que se nos reconozcan nuestros derechos. Para tener una Acción Social irrisoria, somos AGE, para que nos quiten dinero de nuestro sueldo (porque la paga extraordinaria no es un aguinaldo de Navidad que la empresa da si quiere, es parte del sueldo anual que nos corresponde a los empleados públicos), somos AGE, pero para disfrutar del día adicional por la pérdida de dos festivos no recuperables, como el resto de trabajadores de la AGE, ya no somos AGE, en este caso somos abnegados estatutarios que debemos trabajar sin descanso mientras otros disfrutan de sus días. No se nos aplica, porque los estatutarios somos “cuerpos místicos” que no necesitamos los mismos descansos que los funcionarios (léase con ironía). Los trabajadores del HUCE y de AP de Ceuta ya soportaron sin una protesta que se les suspendiera las vacaciones en 2020, soportan que no se les sustituya (unas veces porque no se encuentra sustituto, otras veces porque parece que no se busca lo suficiente) y tener que trabajar el doble antes y después de un permiso, sufren tener que hacer más horas de las que establece como límite la Unión Europea en cuanto a jornadas, sin que se realice la legalmente preceptiva compensación horaria hasta la fecha actual, ven con estupefacción cómo se les deniegan permisos por conciliación con la excusa perpetua y manida de las necesidades del servicio, cuales modernos esclavos del siglo XXI, sufren trabas de todo tipo para disfrutar de vacaciones y de días de libre disposición, y ahora, como gota que colma el vaso, ven cómo se les discrimina respecto al resto de trabajadores de la AGE: Bonito pago por estar al pie del cañón durante el confinamiento del estado de alarma, cuando ninguno de nosotros estábamos vacunados y disponíamos de escasas EPIs, mientras los funcionarios del INGESA teletrabajaban o permanecían recluídos en despachos. Quizás si el INGESA de Madrid tuviera su sede en Ceuta o Melilla, y hubiera sufrido el aislamiento total de la península que sufrimos los ceutíes y melillenses reconsiderarían esta postura, y serían más sensibles a los derechos de los estatutarios, porque fuimos muchos los que no pudimos ver a nuestros seres queridos durante meses, ni pudimos estar a su lado cuando era preciso. Señores FUNCIONARIOS del INGESA, por favor, no nos vuelvan a aplaudir por nuestros sacrificios ni nos dirijan palabras de agradecimiento si después nos van a recortar derechos. “Obras son amores y no buenas razones”, como dice nuestro refranero. Una piedra más que hace que el fiel de la balanza se desplace hacia valorar trabajar en otro Servicio de Salud, no cabe duda. Desde CCOO instamos a INGESA-Madrid a rectificar, porque todavía estamos a tiempo y, ya se sabe, es de sabios.