La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) se ha convertido en un punto de encuentro para escritores, lectores y editores de todo el mundo. Sin embargo, más allá de su importancia literaria, la FIL también es un espacio donde se exploran temas profundos como el exilio. Este año, el evento ha rendido homenaje al exilio español, recordando a los miles de españoles que encontraron refugio en México durante el régimen franquista.
En una conversación íntima en la FIL, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez reflexiona sobre su propia experiencia de exilio. «El exilio es un estado espiritual al que hay que acostumbrarse», comenta Ramírez, quien vive con la constante sensación de tener una maleta sin deshacer. Esta metáfora resuena profundamente en el contexto de la FIL, donde se cruzan las historias de exiliados como Gioconda Belli y el legado literario de figuras como Luis Cernuda y María Zambrano.
El proyecto español de la FIL, titulado Camino de ida y vuelta, destaca la riqueza que aporta la mezcla cultural y lingüística. Concebido por Ramírez, este proyecto también rinde homenaje a los 25,000 españoles que huyeron del franquismo y fueron acogidos calurosamente por el presidente mexicano Lázaro Cárdenas. Este gesto de generosidad dejó una huella imborrable en la historia cultural de México.
El exilio español en México no solo está representado por figuras ilustres como Luis Buñuel o María Zambrano, sino también por miles de republicanos que llegaron sin nada y contribuyeron al desarrollo del país trabajando en fábricas y cooperativas. Su talento y energía enriquecieron a una nación que buscaba conocimiento y experiencia extranjera.
Al caer la tarde en la FIL, la conversación con Ramírez llega a su fin. Nos despedimos con la esperanza de reencontrarnos en su biblioteca de Managua, un lugar que simboliza tanto la pérdida como la resistencia. «Muy amable, gracias, así será», concluye Ramírez, dejando atrás por un momento la sombra del exilio.