Además, el Gobierno estudia una nueva repatriación para aquellas personas transfronterizas que hace un año quedaron atrapadas en Ceuta, y que en los anteriores pasillos humanitarios prefirieron quedarse en la ciudad autónoma
La Delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, ha sido contundente: «Mientras tengamos la situación que tenemos con la Covid, no se puede abrir la frontera, eso tiene que quedar claro«. «Cada día surgen nuevos grupos de contagiados» y Mateos no quiere verse como Melilla, «teniendo que repatriar a los melillenses a la península» para ser atendidos en los hospitales. La Delegada ha insistido en que «mientras tengamos este grado de enfermedad en Ceuta, no se puede abrir la frontera«.
Una confirmación que a nadie sorprende, conociendo las singularidades de la ciudad autónoma, que además, de estar «aislada» de la península por el Estrecho de Gibraltar, cuenta con un solo hospital y camas de UCI limitadas, además de tener el personal justo para afrontar la crisis sanitaria del coronavirus.
Manifestaciones en Castillejos para la apertura de la frontera
Sin embargo, ya son dos las semanas de protestas en la localidad vecina de Castillejos (Fnideq), donde los jóvenes, y no tan jóvenes, claman por la reapertura del paso fronterizo de Bab Septa/Tarajal para poder volver a trabajar en Ceuta, tras casi un año del cierre, y la grave situación de crisis por la que atraviesan.
El cierre de la frontera y con él, la falta de trabajo para las ciudades del norte de Marruecos, ha sido el motivo que ha llevado a miles de personas a salir a la calle a reclamar el fin del cierre.
Se trata de personas que a diario cruzaban las fronteras para limpiar los hogares, cuidar a personas mayores, trabajar en los fogones o en las terrazas de muchos bares y restaurantes, en obras de mayor o menor calado, etc.; personas que se dedicaban a la recogida de chatarra y otro tipo de enseres que los/as ciudadanos/as de Ceuta y Melilla desechaban; porteadores y porteadoras; y también comerciantes de al otro lado de la frontera que han visto notablemente reducidos sus ingresos debido a la pérdida de poder adquisitivo que han experimentado las poblaciones de Castillejos y Nador desde que en marzo se decretase el cierre de los pasos fronterizos con Ceuta y Melilla.
Es la muestra de la desesperación que atraviesan miles de ciudadanos residentes en el norte de Marruecos que veían en la frontera con Ceuta la oportunidad de trabajar y sacar sus familias adelante.
Nueva repatriación de marroquíes bloqueados en Ceuta
Sin embargo, a este lado de la frontera, en Ceuta, todavía hay personas transfronterizas que desean volver a Marruecos, y que no lo hicieron en las tres anteriores repatriaciones organizadas por el reino Alauita y por la Delegación del Gobierno de Ceuta, donde un total de 268 personas pudieron regresar a sus hogares por un pasillo humanitario.
Según ha informado Mateos, hay alrededor de cien personas las que han solicitado irse a Marruecos, «son personas que no quisieron irse porque estaban trabajando aquí, pero ahora han decidido, que llevan aproximadamente un año sin ver a sus familias, y quieren volver a su país».
Para llevar a cabo esta nueva repatriación, la Delegada ha confirmado que está en contacto con las autoridades de Marruecos para ver si se puede llevar a efecto esta repatriación, «estamos trabajando en ello».