En verano de 2017 se produjo en nuestra Ciudad un acercamiento del Partido Popular a Ciudadanos. De hecho, se produjo una propuesta de pacto que estuvo motivada tanto por debilidades internas como, sin duda, por una apuesta a futuro del Gobierno de Vivas.
Sin entrar en detalles, aquello quedó en un acuerdo de buena voluntad que posibilitó que, a nuestra iniciativa, el Gobierno introdujera en su proyecto de presupuestos determinadas partidas. No pedimos ni vicepresidencias, ni consejerías, ni gerencias, ni direcciones generales. Cada uno de nosotros seguimos haciendo política y con nuestro trabajo.
A algunos de los escasos lectores de estas líneas les habrá aparecido a estas alturas una media sonrisa en la boca. Y a aquellos de entre ellos que siguen pensando que todos los que se dedican a la política son igual de mangantes y aprovechados se están riendo a mandíbula batiente. Pero fue así.
Lo que conseguimos fue que se destinaron más de dos millones de euros para asegurar la gratuidad de libros de texto en Primaria y en Educación Infantil, un millón para dar el paso definitivo hacia nuestra digitalización administrativa; que se dotara por primera vez de un presupuesto para actividades culturales al Auditorio del Revellín y, también por primera vez, a las celebraciones del «Día de Ceuta», cuestionado y casi desaparecido hasta que llegamos a la Asamblea. Era la dirección en la que queríamos que se construyese el futuro de Ceuta: educación, progreso, cultura e identidad.
La gratuidad de los libros de texto fue cosa de Ciudadanos aunque no lo sepan Uds. o, bien, lo hayan olvidado. El Partido Popular lo podría haber hecho antes y sin nosotros, pero no lo hizo. El resto de partidos, celosos del logro, se centraron en criticar si la cantidad asignada era o no suficiente para lograrlo. En esto no faltaron tampoco las acostumbradas salidas de tono por parte del segundo diputado de Caballas que puso el grito en el cielo por lo que suponía pagar los libros del cole también a los hijos de los «ricos». Me alegro que este partido levante ahora la voz para defenderlo.
Habría mucho que decir sobre cómo se ha aplicado en estos años la gratuidad de libros de texto. Por qué unos centros consiguen que todos los libros sean gratuitos mientras que en otros los padres siempre tienen algo que pagar. Esto sí que ha sido exclusiva responsabilidad de los gobiernos del señor Vivas. Y de la Dirección provincial de Educación, titular de las competencias y de los colegios e institutos de Ceuta.
Hacer posible la gratuidad de los libros de texto para todos, como es para todos la gratuidad de la atención sanitaria en nuestro país, iba más allá del reforzamiento de las economías familiares que sin duda supone: era situar la Educación de los niños y jóvenes ceutíes en la primera línea entre las inversiones a futuro de la Ciudad. Curioso que sea lo primero que quieran cargarse.
Qué pronto lo han convertido en una cuestión política: un arma arrojadiza que el PP lanza al Gobierno de Sánchez y con la que el PSOE amenaza al Gobierno de Vivas. Unos y otros -tan votados ellos- chantajean a los ceutíes con los libros para educar a sus hijos.
Nada dijo la Dirección provincial cuando se puso en marcha la gratuidad y su papel cuando se implementó fue meramente pasivo. El programa de gratuidad de libros para nada responde al Convenio con el Ministerio de Educación. Y si alguna relación tienen con él los contratados de este convenio, es que ellos son los que, durante estos años, han hecho materialmente posible que los libros lleguen a cada uno de los hijos de Uds. Es ruin que pretendan ahora hacérselo pagar, siquiera sea con veladas amenazas.
Lo que queda claro es que los únicos que creímos en que esta gratuidad era posible y en que el esfuerzo presupuestario merecía la pena fuimos los de Ciudadanos.