La Guardia Civil ha dado un golpe histórico al narcotráfico internacional con la detención de uno de los mayores capos del mundo, afincado en Marbella (Málaga), y la incautación de 3.400 kilogramos de cocaína en el Puerto de Algeciras (Cádiz). La operación, denominada Goodbye, concluye una investigación que comenzó en agosto de 2022 y que ha permitido desarticular una de las organizaciones criminales más poderosas en la introducción de cocaína desde Sudamérica.
La operación incluyó diez registros domiciliarios, 22 detenciones, y ha llevado a prisión provisional a siete de los implicados, entre ellos el líder de la organización. Según la Guardia Civil, este capo gestionaba los envíos de droga ocultos en contenedores marítimos, utilizando empresas logísticas para facilitar su traslado y garantizando su control a través de contactos estratégicos en el Puerto de Algeciras.
Red con conexiones internacionales
El detenido, cuyo nombre no ha sido revelado, era el principal objetivo de esta operación, que ya en 2021, bajo el marco de la operación Jumita-Aelaa, logró incautar 1.600 kilogramos de cocaína y 16 millones de euros en efectivo. A pesar de las extremas medidas de seguridad que tomaba para evitar su captura, finalmente ha sido localizado y arrestado en Marbella.
La organización utilizaba una red de proveedores en Sudamérica y conexiones logísticas en el Campo de Gibraltar para gestionar los alijos. Entre los líderes de la trama figuran también José Carlos S.C. y su hermano Antonio Jesús S.C., reconocidos empresarios del Campo de Gibraltar que permanecen fugados.
Fugitivos y órdenes internacionales
El Juzgado de Instrucción número 4 de Algeciras ha emitido órdenes internacionales de detención y órdenes europeas de detención y entrega contra tres miembros de la red: dos empresarios y un trabajador del puerto de Algeciras. Estas personas, que aún no han sido capturadas, jugaron un papel clave en la entrada de los contenedores marítimos con droga al puerto gaditano.
Un golpe al narcotráfico global
La operación Goodbye representa un duro golpe a una de las redes de narcotráfico más sofisticadas del mundo. Las autoridades continúan trabajando para capturar a los fugitivos y desmantelar completamente las estructuras de la organización, reafirmando el compromiso de la Guardia Civil en la lucha contra el tráfico de drogas a gran escala.